Sesenta y Nueve

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Al tercer dia sin medicamentos, Momo se levantó con fiebre.

Tzuyu fue la primera a la que acudió. Permaneció en cama todo el día, con su novia colocando trapos fríos sobre su frente cada cinco minutos.

La señora Hirai había llamado a su médico en cuanto Tzuyu le informó de la fiebre de su hija, y ella había recomendado no darle ningún medicamento muy fuerte, así que apenas había logrado tapar un poco el dolor con una pequeña pastilla con supuesto sabor a frutilla que no le había gustado (principalmente porque no sabía para nada a frutilla).

-Prueba dormir un rato, cariño- dijo Tzuyu, sentada a su lado en el borde de la cama.

Momo negó.

-Quiero es-tar des-pierta- murmuró.

-Tendrás tiempo para estar despierta luego- dijo la pelirroja-. Pero dormir no te hará sentir dolor, Moguri, no me gusta verte así.

-Y si no tengo ti-empo- dijo la castaña.

Tzuyu se quedó en silencio unos cuantos segundos.

-¿Qué?

-Y si y-ya no me queda m-más ti-empo, Tzu- su voz se rompió un poco por el llanto que estaba aguantando.

Tzuyu negó.

-No digas esas cosas, Momo- dijo, su tono salió más duro del que quiso-. Tienes tiempo, te queda tiempo, te queda mucha vida por delante... Sólo no pienses en esas cosas.

Momo se mordió el labio, guardando todas sus palabras.

Tzuyu se inclinó sobre ella para besar la punta de su nariz de botón y luego sus labios, de forma suave.

Al separarse Momo permaneció con los ojos cerrados, Tzuyu llevó su mano hacia su mejilla, acariciando con suavidad y sonriendo por lo suave y esponjosa que era.

-¿Quieres que me quedé a tú lado hasta que te duermas?

Momo sonrió levemente.

-Quiero que te que-des a mí lado- murmuró la castaña, abrió sus ojos, mirando los gatunos de Tzuyu, a apenas centímetros de distancia-. No ten-go sueño.

Tzuyu asintió.

-Bien- dijo.- Será lo que mí bebé deseé.

♡Loud²~MotzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora