Ochenta y Nueve

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-Estas ya se encontraron un cuarto.

- Sana!

-El sexo sirve mucho para liberar tensiones.

-Deben estar practicando solamente...

-¿Me ayudas a liberar tensiones, Hyo?

-No aquí, Squirrel.

-Vamos al baño.

-Que no en la escuela.

-¿En la entrada?

-Ve a hacerte una paja, calentona- respondió Jihyo con brusquedad-. Estamos buscando a nuestras amigas y no puedes dejar el sexo ni un momento...- la pelirrosa negó.

-Abstinencia- canturreó, mirándolo como si tuviera la culpa de todo.

Jihyo detuvo sus ruedas y alzó las cejas hacia ella, preguntándole con la mirada si estaba hablando en serio.

-No te voy a recordar lo que hice esta mañana porque sé que lo sabes- dijo, antes de seguir su camino-. Y recuerda que hoy venimos a ver a Momo y a Tzuyu hacer su dueto, y si llegas a ponerme una mano en la pierna te golpeo, estamos acá por nuestras amigas, ¿Recuerdas?

-Mjm- murmuró la mayor, asintiendo ligeramente.

En su camino por el pasillo, con Jihyo mirando hacia el interior de los salones en búsqueda de las otras dos, Sana terminó mirando con desinterés el pasillo luego de mandarle un mensaje a Tzuyu para saber dónde estaban.

Guardó su celular en el bolsillo y al alzar la vista sus ojos se encontraron con los gatunos ojos oscuros de una mujer rubia que conocía.

Frunció el ceño al verla allí, y su boca se abrió un poco con sorpresa pero no dijo nada, tragando sus palabras, más que nada sus insultos.

La mujer desvió la vista con desagrado y continuó su camino, rumbo hacia presentación.

Sana apenas se creía lo que había visto, tardó unos cuantos segundos en hablar, con una sensación similar a náuseas ya instalada en su pecho.

-Jihyo, ¿Esa no era la madre de Tzuyu?

4/5

♡Loud²~MotzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora