♡Loud²~Motzu

Quince

-Estuve con Jihyo-dijo Sana con simpleza.

-Ya era hora de que tuviera relaciones, Sana.

La castaña frunció el ceño, mirando a Tzuyu de mala manera.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Que eras tan virgen que te decían María.

Sana golpeó el brazo de su amiga, aunque sólo logró que Tzuyu riera.

-¿Y tú qué sabes si no tuve relaciones con alguien más antes?

-Te conozco desde que tienes catorce, Sana, y a menos de que hayas tenido una antes de que seamos amigas... Lo hubiera sabido.

Sana no tuvo nada más para decir, así que volvió su vista al yogurt de pote en sus manos, aún por la mitad, revolviendo el contenido con la cuchara.

Estaban en un descanso antes de ir a clases de escenografía, en caso de Sana, y de su taller de composición, en caso de Jihyo, y sólo quedaba que la castaña terminara su aperitivo.

-¿Qué tal lo pasaron?— preguntó Jihyo.

Sana sonrió un poco, aunque intentaba disimular su alegría.

-Aún me duelen las piernas- dijo, haciendo reír a su amiga—. Pero estuvo... Bien, sí, muy bien-rió con algo de nervios-. Y... ¿Tú con Momoring?

Tzuyu se encogió de hombros.

-No realmente dijo, por lo bajo-. No tuvimos ese tipo de relaciones... Momo no se siente lista, respeto eso, así que no lo hicimos.

Sana asintió.

-Aunque ella necesita más un apoyo moral- continuó Tzuyu- amoroso, ya sabes, más de cariño... Que alguien para follar. Quiero ser el tipo de persona que ella necesita.

Sana no respondió, ante el silencio, Tzuyu se giró hacia ella, para ver su expresión, la chica sonreía tan ampliamente que parecía que en cualquier momento estallaría en risas.

-¡Qué frase, Zhou Tzuyu!- Sana comenzó a reír y a aplaudir, haciendo que Tzuyu se ruborizara por hacer semejante escena-. Te quejas de que me afectó el teatro, pero tú con tus composiciones ya se te pegaron las palabras bonitas.

Tzuyu la golpeó un par de veces para que dejara de hablar, hasta que la castaña tomó sus muñecas para que se detuviera.

-Ya, ya, pareces una gatita enojada que araña- dijo Sana, aún con una sonrisa.

-Te voy a arañar la cara.

—Gatita mala—se burló, soltandola.

Tzuyu acomodó su ropa con el ceño fruncido.

—Bien, Tzuyu, lo siento― dijo la castaña, notando lo malhumorada que se había puesto la chica—. Está bien, hablando en serio... Cada uno tiene su tiempo, y creo que lo que dices es muy lindo.

Tzuyu volvió a ruborizarse, y Sana intentó pellizcar sus mejillas, sólo para lograr que la rubia la apartara bruscamente y la mandara a la mierda.