Noventa y nueve

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Por la noche, la pareja de jóvenes se encontraban en la cama.

Tzuyu miró los ojos de Momo, en estos no había un rastro de tristeza por lo que había ocurrido ese día.

La menor sabía que ahí estaba a salvo, y que ninguna de esas crueldades que le habían dicho eran reales.

Ya no era la misma Momo de cuando se habían conocido, aquella que adoptaba una nueva inseguridad cuando le repetían un insulto o se burlaban de ella sin razón.

Tanto Tzuyu como sus amigas la habían acompañado en su camino de ser una persona fuerte y que no se dejaba llenar la cabeza por la primera persona que se pusiera en contra.

Las manos de Tzuyu tomaron sus mejillas y sus labios fueron al encuentro de los de su pareja, moviéndose con lentitud, provocando suaves chasquidos.

Las pequeñas manos de Momo apretaron el cuello de la remera del pijama de la mayor, atrayéndola hacia sí para más contacto.

Se separaron cuando el aire faltó en sus pulmones, respirando profundamente con sus narices tocando la otra.

Tzuyu tomó su mano izquierda y buscó con la punta de sus dedos el anillo que le había dado en su cumpleaños, tocándolo, lo hizo girar en el dedo de Momo.

-Algún día será de casamiento, ¿Sabes?- Momo rió.

-Sólo si es con-tigo, Tzu.

La pelirroja sonrió.

-Gracias por pasar tanto conmigo, Moguri -dijo-... Sabes, desde que te ví I por primera vez me pareciste interesante

>>¿Sabes eso de ver a un desconocido y querer conocer más de él? Eso pensé cuando te ví... Y al final nunca podía conocerte lo suficiente, Moguri.

La menor sonrió con timidez por aquella confesión.

-Como el amor- murmuró-, das to-do y nunca es suficiente.

-Tú eres todo lo que necesito y es más que suficiente, cariño- dijo la pelirroja, acariciando su mejilla-. ¿Sabes mi promesa de cuidarte? Es para toda la vida, igual que mi amor por ti.

Momo rió tiernamente.

-¿Por qué es-tás tan cursi?- dijo, su cabeza se movió y sus narices se rozaron.

-A veces quiero decirte lo mucho que te amo, muchísimas veces- dijo-. No tengo palabras, Momo. ¿Te molesta que me ponga cursi?- comenzó a dejar besos en su rostro y en su cuello, haciéndola reír a causa de las cosquillas.

Momo intentó empujarla, pero Tzuyu usaba más fuerza que ella, y para no perder, la mayor se colocó a horcajadas sobre ella, mientras seguía besando su cuello.

-Che-wy-Momo habló con voz temblorosa.

-Lindura- llamó la mayor, detuvo sus besos, sus ojos gatunos se encontraron con los oscuros de la menor, sus frentes estaban unidas.

Momo abrió su boca para hablar, pero las palabras no podían ser procesadas por su cerebro.

Una voz decía que pare y que tenía sueño, la otra que no se detenga y que lo quería, así que no hubo un acuerdo de cual de las dos iba a hablar.

Jihyo sonrió, besó sus mejillas y la Tzuyu de su nariz.

-Te noto confundida, bebé -dijo-. ¿Qué te parece si sigo, y si cambias de opinión, paro?

Momo asintió levemente, Tzuyu volvió a besar sus labios con cariño, se separó un momento, y rió suavemente con algo de gracia.

-Gracias por no ser muy ruidosa.

♡Loud²~MotzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora