Cincuenta y cuatro

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-Chewy, Chewy, déjala- pedía la señora Hirai, tomando a Tzuyu del brazo para que dejara de abrazar a Momo.

Habían estacionado a un lado del camino, para así poder ayudar a su hija, pero Tzuyu no soltaba al inerte cuerpecito de la castaña.

La pelirroja negó, sin dejar de llorar.

-Tzu, solo está desmayada, tranquila— intentó calmarla, pero su tono sonó más brusco de lo que quería.

Tzuyu no le hizo caso.

La mujer suspiró para tranquilizarse, corrió unos mechones de pelo de su rostro.

-Tzuyu, te enseñaré— dijo, soltó su brazo para ir hacia su mano.

La pelirroja se dejó, la mujer tomó la mano de la joven, haciendo que el abrazo se separara un poco.

Primero, la señora Hirai buscó con dos dedos el punto en el cuello de Momo, luego de unos segundos colocó dos dedos de la joven en el mismo lugar.

Tzuyu sintió el pulso, la sangre corriendo.

Respiró con más tranquilidad, su cerebro no podía pensar más que lo peor.

-Sólo se desmayó, Tzu— habló la mujer, su tono era tranquilo.- Pon una mano en su pecho, vas a notar que se mueve, está respirando, ¿Bien?

Tzuyu le hizo caso, sintiendo su mano levantarse por la inspiración, y bajar de nuevo con la exhalación.

La señora Hirai limpió las lágrimas en su rostro con sus dedos, unos últimos temblorosos sollozos salieron de los labios de Tzuyu.

-Momo sólo está durmiendo, Chewy- dijo la mujer, corrió unos mechones rojizos que se habían pegado al rostro de la pálida-. Pero no debes asustarte así, sólo le haces más mal a Moguri. Debes estar tranquila y ella se relajará también, ¿Sabes?

Tzuyu asintió.

-Muchos desmayos ocurren por el miedo, Tzuyu-dijo.- Momo es bastante susceptible también, ya la conoces.

Como si hubiera escuchado su nombre, Momo se removió un poco, su ceño se frunció un segundo.

-Ya va despertando—dijo la mujer, con una sonrisa, Tzuyu suspiró con tranquilidad - Déjala que esté con la cabeza erguida, normal, nada de echarla hacia atrás-la mujer sacó un pañuelo de tela de su bolsillo, reemplazó la sucia servilleta con eso.

Miró a Momo con alivio, sonrió a la señora Hirai dejar un beso en su frente, en forma maternal.

-Eres fuerte, Tzuyu- dijo.- Con cosas así, más que fuerte, debes ser frío-. Ya sabes cómo actuar, querida―Tzuyu asintió, con una pequeña sonrisa en sus labios.

La señora Hirai acomodó un poco los cabellos de su hija, quién murmuró bajo ante el tacto.

Sin más cerró la puerta del asiento trasero para volver a sentarse en el frente.

-¿No deberíamos llevarla al hospital de nuevo?-preguntó la chica, sosteniendo el pañuelo debajo de la nariz de Momo.

La señora Hirai lo miró por sobre el asiento, hizo una mueca.

-No nos van a decir nada distinto de lo que ya nos dijeron- hizo una pausa—. Creo que lo mejor sería llegar a Busán.

♡Loud²~MotzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora