♡Loud²~Motzu

Cincuentas y nueve

-¡Yoooooooo Jeooooongyeooon!

La mayor rodó los ojos al escuchar la voz de Sana.

Había salido de una relajante ducha y apenas se había cambiado, no estaba de humor para que la chica comenzara a-

Frunció el ceño de golpe.

¿Qué hacía Sana en su casa?

Salió del cuarto apresuradamente, encontrándose a la pelirosa en el pasillo.

-¿Qué haces aquí, Sana? ¿Quién te dejó entrar? ¡Largo de mí casa!-habló mientras

la empujaba, haciéndola retroceder hacia la sala, sin dejar que la chica hablara.

Se detuvo cuando en la sala vió a Jihyo, quién hablaba de algo importante con Nayeon, pues la mayor estaba escuchando atentamente sus palabras, totalmente seria.

-¿Nay? ¿Tú las dejaste entrar? -preguntó la mayor-. Me voy a bañar por veinte minutos y ya dejas que-

-¡Escúchame!— la interrumpió Sana, ya le estaba molestando todo ese trato-. Está bien que quieras tu casa sola y sin nosotras para follar con esa tipa- señaló a Nayeon, quién abrió muy grande los ojos con esa declaración -. Pero lo que pasó es en serio importante y te necesitamos.

Las mejillas de Jeongyeon estaban totalmente rojas por esas palabras.

Esa chica no tenía filtro.

Suspiró y controló el enojo que cargaba.

Ese día había arreglado específicamente para pasarlo con Nayeon, y estaba realmente molesta porque lo interrumpieran, todavía no habían empezado.

-Hace dos días, Tzuyu me mandó un mensaje de que estaban en el hospital, con Momo— comenzó―. Le pregunté qué había pasado pero no me contestó ninguna pregunta. Su último mensaje fue que no irían a la escuela durante unos días.

>> No contesta mis llamadas y tampoco las de Jihyo, ni siquiera lee los mensajes.

>> No sabemos si pasó algo malo o sólo están enojadas con nosotras.

Jeongyeon frunció el ceño.

-¿Por qué estarían enojados con ustedes?- preguntó― ¿Qué hicieron?

—¡Nada!— dijeron ambas jóvenes.

La mayor pasó la mirada de una a otra.

-¿Probaron con ir a su casa?-preguntó.

Sana asintió.

-Ayer fuí yo misma, pero el auto lo estaba, no había nadie- dijo.

La pelinegra comenzaba a preocuparse en serio.

--Déjame ver los mensajes- pidió, extendiendo su mano, la pelirosa le entregó su celular, y la mayor se tomó un minuto para revisar la conversación.

-Pensamos que como no responde a nuestras llamadas, podría responderte a ti- murmuró Jihyo, Jeongyeon le devolvió el celular a Sana, mientras sacaba el suyo con la mano opuesta.

-Creo que tampoco tendrán resultados- murmuró Nayeon, se ganó la atención de las otras tres-. Digo, creo que se lo ven venir, tampoco responderán.

Sana suspiró con fastidio.

-Par de idiotas-murmuró.

-No insultes-la calló Jeongyeon-. Fácil, llamaré a alguien que sé que va a responder- añadió, con un pequeña sonrisa victoriosa, mientras buscaba el contacto en su celular, al encontrarlo presionó la pantalla y espero unos segundos hasta que contestara—. ¡Señora Hirai! ¿Cómo está?- saludó en tono amable, su sonrisa seguía allí-. No, no, no ocurrió nada, pero sólo queríamos preguntar por Tzuyu y por Moguri.

La señora Hirai habló por largos segundos, y lentamente la sonrisa de Jeongyeon se fue borrando.

-¿Qué?- casi susurró la mayor—. Sí, sí, por favor― Jeongyeon separó el celular de su oído para hablarle a las presentes-. Me pasará con Momo― anunció y volvió a acomodar el aparato junto a su rostro-. ¡Moguri! Soy Jeong, ¿Cómo-?... ¿Hola?

Escucharon un murmullo del celular, pero la llamada se cortó a los pocos segundos.

Jeongyeon miró extrañada el aparato.

-¿Qué pasó? ¿Qué dijo?

-La señora Hirai dijo que tuvieron que viajar a Busán a último momento- dijo la pelinegra —. Y dijo que Moguri estaba enferma, pero que debía contarlo ella... Pero no entendí muy bien el qué.

Las otras tres acallaron, tampoco estaban entendiendo mucho.

-¿Se fueron de viaje?— dijo Sana— ¿De luna de miel? ¿Por... Cuarta vez? ¿No podían decirlo? No es difícil se quejaba, seguía enojada.

Jihyo negó.

-No creo que se sólo eso—dijo- Digo, hospitales, ir hasta Busán... Y que Moguri esté enferma, no debe ser un resfriado o algo así.

-¿Qué te hace pensar eso? — preguntó Nayeon

-Moguri ya estaba tomando medicamentos desde antes-habló Jihyo-. No nos dijo qué era, pero no parecía enferma... Del tipo resfriado, debían ser para algo más... Interno, ¿No?- intentó explicarse, miró a las otras, esperando que dijeran algo—. Cuando a mí tío le detectaron cáncer, tomaba medicamentos diarios, y no parecía enfermo- contó―. ¿No puede ser algo así?

La sala cayó en silencio, como si al decir cualquier cosa algo como aquello podría resultar real.

Momo con una enfermedad tan terrible como un cáncer no era algo de lo que querían opinar.

-Llamaremos dentro de un rato a la señora Hirai de nuevo- anunció Jeongyeon—. No hablaremos con ellas, para que nos dejen sin respuesta no vale la pena.

Las tres asintieron.

-Y... Si resulta que Moguri está enferma y no nos quiere decir- aventuró Sana—. Digo, ella es muy cerrado y... Quizás hasta a mí me costaría hablarlo con otros si tengo un cáncer, por poner un ejempo- aclaró.

-De ser así, yo misma las llevaré a Busán dijo Jeongyeon-. No puede estar sola, es cuando más necesita nuestro apoyo.

>>Por si acaso, preparen su equipaje.