Capítulo 26

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Amy había despertado temprano, pues debía de ir al colegio, por suerte ya era viernes y por fin podría vengarse.

Una vez que llegó al colegio, rápidamente tomó asiento al lado de Shadow, pues también planeaban regalarle algo a Silver además de la venganza. Hablaban por papelitos mientras fingían prestar atención a clases.

-¿Ya sabes que regalarle a Silver?

-Aún no, emo.

-¿Cómo así? Se supone que es tu hermano.

-¡Pero hace años que no lo veo! Sus gustos debieron haber cambiado.

-Yo no creo eso, ¿por qué no le regalas un bote de helado o algo?

-Mmm... Buena idea.

Una vez que terminaron las clases, se dirigieron a la heladería más cercana, compró un bote grande de helado de nuez, ya que ella recuerda que es el favorito de Silver, Shadow por su parte le había comprado una chaqueta de motociclista, esperando le gustara, para evitar que el helado se derritiera, regresaron al estacionamiento cercano al colegio y se fueron en la moto de Shadow.

(...)

-Owwwww, gracias Amy, Shadow, que lindos, pasen pasen, aún falta decorar.

Sin más conversación, se pusieron a decorar toda la casa, pues la fiesta empezaría en nada más y nada menos que 5 horas.
Después de 2 horas, terminaron, por lo que decidieron ir pidiendo la comida y un pastel, optaron por comida rápida ya que sería más fácil de calentar, pidieron alcohol suave para evitar desastres en su casa.

Ya cuando quedaba una hora, Amy y Shadow se retiraron para cambiarse, pero antes de irse, Shadow le dió un regalo a Amy.

-¿Qué es esto?

-Ya lo verás, chicle, te veo aquí al rato.

Cuando llegó a su casa, avisó a su madre que celebraría el cumpleaños de Silver en su casa, ella, como siempre hacía, asintió sin indagar más, Amy se dirigió a su cuarto a bañarse rápido y después de salir abrió el regalo de Shadow, era aquel vestido que ella había visto la otra vez, se preguntó cuándo y por qué lo habrá comprado, pero optó por ponérselo, era un vestido rojo precioso, largo hasta los pies, pero dejando un pequeño corte para mostrar la pierna, no era escotado así que le venía perfecto ya que resaltaba su figura sin enseñar de más. Optó por peinar sólo una parte de sus púas y dejar lo demás suelto, se maquilló ligeramente, se puso los zapatos rojos de aquella vez del muelle, agarró unas tijeras, una bolsa roja que tenía su madre y salió a casa de Silver.

Por fin podría vengarse de aquella zorra, de una vez por todas.

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