Capítulo 38

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-¿Estás bien?

Veía borroso, apenas reconocí la voz, como pude contesté con la cabeza que no, por lo que fui cargada al estilo nupcial y aunque quería quejarme, no tenía fuerzas, me desmayé.

(Un rato más tarde...)

-¿Dónde estoy? - abrí los ojos lentamente y me vi en una cama, volteé a ver a mi lado, por un momento me pareció ver a Shadow, pero no, era Sonic.

-Por fin despiertas, estaba preocupado...

-¿Qué haces aquí? - solté con odio -.

-¿Perdón?

-¿Estás sordo? Pregunté qué estás haciendo aquí.

-No tienes que hablarme así, te traje aquí después de ver que casi te desmayas en pleno pasillo.

-¿Y acaso pedí tu ayuda?

-¡Por Caos, Amy! ¿Es qué no puedes dejar de odiarme un sólo momento y agradecerme que te traje a la enfermería después de ver que casi te desmayas?

-¿Tu cerebro no funciona bien? Claramente te dije que...

Me interrumpió, el muy desgraciado me besó, sin pensarlo dos veces me separé al instante y le solté una bofetada que le hubiera dolido hasta a Shadow, dejándole la marca de mi mano.

-¿Es que no puedes ver que yo todavía te amo? - me dijo afligido y con la voz entrecortada -.

Tenía que ser una broma, ¿verdad? Agradecí que la doctora llegara y lo corriera, me revisó y minutos después me dijo que era por estrés acumulado y que debía tomar unas medicinas, las acepté tranquilamente y me retiré, después de todo no había necesidad de quedarme.

Sonic seguía fuera de la enfermería, lo ignoré para irme a paso rápido a otro lado, sin embargo él utilizó su supervelocidad para alcanzarme y ponerse enfrente de mí.

-Por favor, Ammes, hablemos.

-No tengo nada que hablar contigo, basura, déjame tranquila - saqué mi martillo a manera de amenaza, aunque yo sabía que con su supervelocidad no funcionaría contra él -, muévete.

-No me moveré hasta que hablemos, por favor...

Lancé mi martillo en su contra, y como predije, no funcionaría, pero eso ayudó a que se moviera y me dio tiempo suficiente para echarme a correr al baño, me encerré en un cubículo y saqué mi celular, ya era hora de la última clase, genial, jodida María, ojalá no me haya perdido exámenes. Tenía llamadas perdidas de Shadow y mensajes también, no quería molestarlo en la última hora de clases, así que mejor le mandé uno a Silver, en cuestión de segundos me respondió que estaría aquí lo más pronto posible.

Salí del cubículo y me pegué a la puerta, me concentré pero no escuché a nadie. Salí aún insegura y sí, ya no había nadie.

Me dirigí a la salida y a lo lejos vi a Silver llegando con su telequinesis, sí que era rápido, bajó al verme.

-¿Estás bien? ¿Qué pasó?

-Te contaré, pero no ahora, por favor, llévame a tu casa.

Parecía que le había extrañado mi respuesta, estoy consiente de que me escuché entre enojada y triste, sin preguntar más, cosa que agradecí, me elevó y nos fuimos rápido a su casa, llegando me desahogaría de todas las emociones que viví hoy.

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