Epílogo 1

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Pasó un tiempo, Rose y yo regresamos de tanto viajar y viajar, actualmente tenemos 23 años, hemos visitado casi todos los lugares. Al primero que fuimos a visitar, por supuesto, fue a Silver, quien nos esperaba ansioso.

Al parecer, si había consolidado una relación con aquella gatita lavanda, y ahora estaban esperando a un bebé, por supuesto que Rose se puso a llorar y llorar. Silver nos explicó que después de que Rose arreglara todo, María se fue de aquí y, gracias a eso, la mayoría de las personas comenzaron a recapacitar, eso ayudó a que Blaze se acercara a él y él a ella, pues ya no existía ese ambiente tóxico que nos afectaba.

Por nuestra parte, nosotros decidimos quedarnos a vivir cerca de aquí, aunque no era nuestra idea principal, Silver nos convenció y ahora estamos viviendo en una cabaña, un poco alejada de la civilización.

Nosotros tampoco pudimos resistir mucho, y mi pequeña Rose y yo pronto tendremos un bebé. Silver estaba encantado porque ahora su bebé tendría con quien jugar, y a mi realmente no me molestaba la idea.

Los que hacían llamarse amigos de Rose jamás volvieron a aparecer y eso nos dejó más en claro que fue una muy buena decisión la que tomó, de vez en cuando seguíamos visitando a Knuckles y contándole todo lo que pasaba.

En cuanto a mí, la última vez que hablaron con María ella explicó que, ese día, me drogó, por eso es que yo perdí y por eso es que no podía recordar nada más allá de eso, por supuesto que se dio a la fuga después, según nos cuenta Silver, ya que no quiso entregarse a la policía por sus crímenes, pero bueno, es mejor para nosotros, ahora estamos más tranquilos, más felices.

Y, aunque suene como a cuentos de hadas y todas esas cursilerías, Rose y yo vivimos felices para siempre.

                     EL FIN.

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