Revenge

Capítulo 18

El sonido de mis zapatos chocando contra el suelo eran una de las cosas que se escuchaban en el lugar. Estaba molesta, pero aún no encuentro la razón.
Sentía una opresión en mi pecho, como si las acciones que tomé me molestaran. Bah, tonterías, quizá debí golpear a Tails.

Como un impulso, comencé a subir las escaleras, quería relajarme un rato, ahora lo que menos quería era un regaño por parte de mamá debido a una suspensión.

Al llegar al último piso, ubiqué y agarre la llave del lugar, la cual ahora está de un color cobrizo, factura del tiempo que tiene aquí. Me sorprendía que la siguieran escondiendo en el casillero.
Tomé la perilla y antes de siquiera introducir la llave, me di cuenta que ésta ya estaba abierta.
Eso solo daba lugar a una cosa, alguno de ellos estaba aquí.

También cabía la posibilidad de que la olvidaran abierta, pero eso era imposible sabiendo que Shadow y Sonic son los únicos que conocen la llave.
Nuevamente la sensación de hace rato subió por mi pecho, aún así entré sin dudarlo.

La brisa me causó tranquilidad, la cual fue interrumpida por una nube de humo. Empecé a toser, en serio odio ese olor.

-¿Pensabas que alguien había dejado la puerta abierta?- preguntó y volteé hacia donde escuché esa voz y la imagen de Sonic apareció, estaba sentado en el techo con su pie izquierdo recargado en su rodilla derecha-.

-Eso no te incumbe-.

Volví a mirar al frente, el patio estaba vacío, aún no era hora del receso, ¿pues a qué hora me corrieron del salón?
Me senté en el tejado, mis pies se balanceaban, aunque me daba miedo saber que él estaba sentado detrás mío, yo no sabía si estaba haciéndome señas o pensaba en aventarme.

-¿Qué fue de Knuckles?- realmente no sabía nada de él, cuando comenzaron con sus agresiones el desapareció. Ni siquiera ahora se aparecía por aquí-.

-Luego te llevaré a verlo- su tono de voz me advertía que no indagara más en el tema-.

Iba a continuar preguntando cuando una notificación en mi celular me detuvo, era un mensaje de Silver.
Resignada, me levanté y sacudí, caminé con tranquilidad, aunque por dentro me sentía nerviosa y miedosa, crucé una última mirada fría con Sonic y salí de ahí.

Todos habíamos cambiado, ya fuera para bien o para mal.
Antes de continuar mi camino, el sonido de la campana resonó y junto a ella la manada de alumnos se hizo presente. Entre ellos, una melena rubia destacó, iba haciéndose paso entre la gente como si fuera la reina, María, ¿quién más si no?
Junto a ella, iban sus dos compañeras empujando a quien no se quitara por voluntad propia, las típicas bullies.

Aún no planeaba como vengarme de María, pero sin duda lo haría, ella sería la cereza del pastel...