Final 2

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-¿Ya decidiste qué harás, Rosita?

-Ya, Shady, estoy lista.

Me despedí de él, como de costumbre, pero no me gustaba, no había venido a esto, yo había venido a que todos, incluido él, pagarán por todo lo que me hicieron.

Una vez más, mi corazón se llenó de odio, no podía dejar de lado simplemente todo lo que había pasado, ellos debían pagar.

Poco a poco, me dejé llevar por mis sentimientos de odio, empezando por Shadow. Una vez que llegué al salón, le lancé una nota, pidiéndole hablar urgentemente, él respondió que hablaríamos en el receso y así fue, estábamos en el lugar prohibido, pues sabíamos que sería una zona más tranquila.

-¿Qué pasa, Rosita?

-Shadow, la verdad es que quiero decirte que solo te utilicé para herir a Sonic, así como él hizo conmigo hace ya tanto tiempo, eso es todo.

Su semblante cambió de uno tranquilo a uno notablemente furioso, me tomó de la mano.

-Dime que estás jugando - susurró en un tono que casi me hace temblar de miedo - ¡DÍMELO!

-No, no estoy jugando, es la verdad, ¿en serio creías que me iba a fijar en alguien como tú? Mírate, ni siquiera puedes controlar tu propio temperamento, yo no quiero estar al lado de alguien tan violento como tú, mucho menos de alguien que es tan patético como para no notar mis intenciones reales, ahora suéltame o gritaré, no me importa que me expulsen, pero seguro que...

Me soltó violentamente, parecía querer golpearme, pero en lugar de eso vi una lágrima recorrer su mejilla, ver eso casi hace que mi corazón me traicione y dejar de lado mis planes, pero no, aquí no hay lugar para perdonar a nadie. Me retiré sin decirle nada más, de todos modos ya había logrado mi cometido.

Después, me fui con Sonic, quien no parecía tener ganas de verme.

-¿Ahora si quieres hablar o qué?

-Mmm... La verdad es que si, tengo ganas de hablar contigo, ¿sabes? Lo he estado pensando mucho y creo que podría reconsiderar perdonarte... - sus ojos se iluminaron notablemente -, pero, hay un pequeño y minúsculo detalle.

-¿Cuál es? Puedo remediarlo, solo déjame intentarlo y...

-Ese, ese es justamente el detalle, eres tan manipulable que seguramente jugarás conmigo de nuevo, mira tan solo cómo te pusiste al decirte que podía perdonarte, ¿en serio me creíste? Con razón nadie te baja de estúpido.

-Oye, basta, yo no te he...

-Déjame adivinar, ¿"yo no te he hecho nada"? Claro que me hiciste algo, y fue algo terrible, ahora veo que no eres el héroe que todos creen, no eres nada de lo que dices ser, al contrario, eres tan patético como todos los que están en esta escuela, me da asco solo verte, pero bueno, solo venía a decirte eso, adiós.

-Vuelve, no he terminado de hablar contigo... - al notar que no volteé ni nada, su voz aumentó - ¡Vuelve, carajo! ¡AMY!

Es divertido oír como su voz se va rompiendo, como está queriendo retener el llanto, otro más que sufre, quizá no lo mismo que yo sentí, pero me consolaba escucharlo sufrir.

Me retiré del colegio antes, pasé al que era el taller de Tails, se veía que aún continuaba con sus inventos, qué lástima.

No me contuve, invoqué mi martillo y destruí todas y cada una de las cosas que tenía, hasta no dejar más que piezas irreemplazables y escombros.

Regresé y esperé al timbre de salida, no faltaba mucho para eso, María fue la primera en salir, así que la seguí sigilosamente, después de un rato por fin sabía dónde estaba su casa, parecía vacía. Unos minutos después de que ella entró y asegurarme de que nadie estuviera, toqué a su timbre y me escondí detrás de un árbol, ella salió notablemente confundida, se alejó ligeramente de la puerta y yo aproveché ese momento para noquearla, la metí a su casa asegurándome de que nadie me viera y con unas tijeras que traía, comencé a cortar todo su precioso cabello, dejándola pelona, después y antes de que despertara, me subí a su habitación (era fácil saber cual era ya que tenía un letrero con su nombre) con unos cerillos que encontré en su cocina y prendí uno de sus vestidos, dejando que se empezarán a quemar los demás, rompí su ventana y me salí de ahí, supongo que el ruido la despertará a tiempo para salvar lo que queda de sus vestidos, me quedé escondida cerca y justamente vi a María entrar a salvar lo que quedaba de sus vestidos, ni siquiera notó sus púas, gritó dándome a entender que ya se había visto en un espejo y después de un rato, no escuché más que sollozos, me fui sigilosa y sonriendo por tal victoria.

Y así, lo que quedó de semana escolar me fui vengando de todos y cada uno de ellos, escuché que Tails lloró tanto que no asistió a clases dos días, me causaba satisfacción escuchar que también todos de los que me vengué no asistieron a clases por tanta tortura.

Así, llegó el día que me regresaría con mi padre, ya no tenía nada más qué hacer aquí, tampoco asistí yo a casa de Silver e ignoré todas sus llamadas y mensajes, no me hizo nada, pero no quería hablar con él. Mi madre, como ya esperaba, no me reclamó al decirle que me iría, simplemente me dio dinero y me ayudó a empacar mis cosas.

Llegó la mañana, y aunque ciertamente era muy muy de mañana, estaba dispuesta a tomar el primer vuelo a California.

-¿De verdad piensas irte así, de verdad piensas dejarme con el corazón roto?

-¿Cómo te enteraste? Bueno, eso no importa, si tu corazón está roto o no, no es mi problema, que no vieras mis intenciones reales tampoco fue mi problema, pero era obvio que una copia como tú no supiera de eso, a fin de cuentas no eres más que eso, una copia. Y, como tú dirías, te pido que dejes de molestarme, te aborrezco con todo mi ser.

Supongo que mis palabras lo lastimaron, pues escuchaba sollozos detrás mío, y aunque mi mente me gritaba que no era lo correcto, que debía disculparme, que acabaría mal por esto, mi corazón no desistió, estaba tan llena de odio que no me importó nada más. Me fui directo al aeropuerto, sin dejar que él viera mis ojos llorosos, pues en el fondo sabía que estaba haciendo mal.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora