Capítulo 76

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*Narra _____*

—¿Liu? —Le miré sorprendida. Pero el solo me abrazó y yo le correspondí el abrazo.

—Te he echado mucho de menos, ni te imaginas cuanto... —Dijo abrazandome con más fuerza pero sin hacerme daño.

—Yo también te he echado de menos, a pesar de que ya sabes... Eso de que no nos dirigimos la palabra por 3 meses. —Por un momento sentí un nudo en la garganta.

—Tranquila, te lo explicaré todo... —Se separó de mi y noté que tenía lágrimas recorriendo sus mejillas.

El se dio cuenta que aún seguía sobre mi, se sentó a mi lado. Yo imité su acción. Nos quedamos mirándonos por unos segundos, le sequé las lágrimas delicadamente, le sonreí algo tímida y el me devolvió la sonrisa.

Esto era increíble. Parecía irreal.

—¿Quiéres venir a mi cabaña? Tengo algunas cosas que contarte. —Le dije mientras me levantaba.

—Claro. —Imitó mi acción.

Comenzamos a caminar en dirección a mi cabaña. Pensaba contarle lo de mi padre para desahogarme un poco.

—¿Sabes? La cabaña a la que voy fue porque maté al dueño que vivía en ella. Justamente hoy miré en un cajón y me encontré un diario de aquel hombre, resulta que el y su mujer habían dado a una niña en adopción al poco tiempo de que naciera. Un día el hombre iba con su mujer en el coche discutiendo que era mala idea darla en adopción y tratándose de la familia que le había adoptado, la familia Jones. Tuvieron un accidente y la mujer murió en el, desde entonces el hombre se mudó a esa cabaña. Un día le sacó una foto a su hija en su primer día de instituto. —Necesitaba sacar este dolor que tenía.

—Es una historia conmovedora... —Dijo mientras seguíamos caminando.

—La niña que dieron en adopción soy yo... —Dije triste, noté como mis ojos se cristalizaban. Miré a Liu y este paró de caminar, sin decir nada me abrazó con fuerza y acarició mi cabello.

—Lo siento... —Dijo triste.

—Supongo que está bien, no le conocía pero me hubiera gustado hacerlo. Probablemente hubiera sido mejor padre a diferencia del adoptivo. —Mi voz estaba un poco apagada.

—Seguro que era un gran hombre, y además, no fue tu culpa, tu no sabías que era tu padre. —Se separó de mi y asentí.

Traté de pensar así, de todas formas yo no puedo volver atrás en el tiempo, no sirve de nada estar así.

—Tienes razón. Sigamos, la cabaña está cerca. —Observé la entrada del bosque y seguimos caminando.

Cuando llegamos a la cabaña entramos y el se sentó en el sofá del salón y yo a su lado. Estuvimos hablando de cómo nos había ido todo después de que cada uno tomara diferentes direcciones. Hasta que salió otra conversación.

—Y... ¿Ya has encontrado al chico que te gusta? —Preguntó sorprendiendome.

—No, pero le estoy buscando. Lo único que tengo de el es una fotografía. —Dije sacándola del bolsillo de mi sudadera y la observé por un momento. —Esta es la fotografía. —Se la pasé, el pareció algo sorprendido y la examinaba con la mirada.

—¿Cómo se llama el chico? —Preguntó sin quitarle la mirada a la foto.

—No lo sé, el día que se lo pregunté vino su madre a por el y...

—Y se lo llevó a su casa para merendar, por lo que no le dio tiempo a contestar. Justo ese día fue en el que se le cayó esta fotografía sin darse cuenta. —Me interrumpió. Yo me quedé sin palabras.

—¿Cómo sabes tu eso? —Pregunté atónita. No recuerdo haberle contado nada de eso.

—Porque yo soy ese chico... —Me miró fijamente.

Sentí que mi corazón se paralizó. El chico que tanto tiempo he buscado, el único que me ha ayudado y consolado, el único al cual he amado, estuvo frente a mi por un tiempo y ni siquiera me di cuenta. Esto es imposible, no puede ser verdad.

—E-eso es imposible. —Dije impactada mientras me levantaba del sofá.

—Si es posible. —Me miró algo dolido.

—¿Pe-pero cómo? No, no es posible, esto... Esto no es verdad. —Comencé ha alterarme. —No, no puede ser... —De un momento a otro todo se volvió negro.

(...)

Desperté, noté que estaba en mi habitación, me intenté levantar pero había algo que me lo impedía. Miré a mi lado y ahí se encontraba Liu durmiendo tranquilamente, con un brazo por encina de mi cintura, cuidadosamente me quité su brazo y bajé sin hacer ruido al salón.

Hoy había demasiadas cosas que asimiliar y difíciles de creer. No es fácil saber que eres adoptiva, mataste a tu verdadero padre y que el chico del cual llevas enamorada desde los 9 años lo vuelves a ver. Realmente nunca pensé que podría ser Liu, pero me alegro de que haya sido el, quizás si no me hubiese aferrado al chico de la foto me hubiera fijado en el. Sin embargo, aún es tan difícil de creer...

—Al fin despiertas, por suerte pude agarrarte a tiempo antes de que cayeras desmayada al suelo, pero aún así estaba preocupado. —Sentí detrás de mi.

—Así que... Eres tú. —Dije sin darme la vuelta para verle.

—Lo siento si no soy el chico que esperabas. —Pude notar desilusión en el. Me di la vuelta para verle, estaba apoyado en el marco de la puerta de entrada al salón.

—En realidad, llevo enamorada de ti desde que te conocí. Te esperé durante mucho tiempo, te busqué sin saber que te tenía delante. Aún que estuvistes ausente por un tiempo tu recuerdo era lo único que me consolaba y me animaba a seguir adelante. Sin tí y sin tu recuerdo me hubiese derrumbado hace mucho tiempo. Y no, no eres el chico que estaba esperando, por que eres más de lo que yo me esperaba, y ni los años han podido cambiar lo que siento por ti. —Dije con toda la sinceridad del mundo.

—Yo... Te amo. —Nuestras miradas estaban conectadas.

Me acerqué a el y sin pensarlo dos veces le besé, sintiendo sus cálidos y suaves labios, que a la vez me aportaban el cariño que necesitaba y esa necesidad de llenar un vacío en mi interior.

—Yo también te amo. —Le confesé al separarme de sus labios.

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Aviso que este es el penúltimo capítulo, espero que os haya gustado.

Amor de la infancia (Jeff, Liu y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora