*Narra _____*
Me quedé tirada en el suelo casi sin poder moverme y me quedé shock mientras me venían imágenes a la cabeza. Imágenes de cuando mis padres me golpeaban, cuando los compañeros de clase me hacían bullying o bromas pesadas, cuando el chico del que estaba enamorada se fue en el coche, etc. Todos esos pensamientos que hacían de mi cabeza un martirio, me hacían pensar que era presa de mi propia mente. El dolor de saber que no puedo escapar de la realidad en la que vivo desgraciadamente. ¿Imaginarme vivir en otra vida? Es algo difícil, pero quizás merecería la pena, que todo esto cambiase y poder ser libre.
Los pensamientos que rondaban por mi cabeza eran muchos, negativos, o mejor dicho realistas. Todo pensamiento era verdadero.
Sería tan fácil acabar con mi vida, pero no, yo merezco vivir y ellos no.
Yo merezco ser feliz y ellos no.
Yo no he hecho nada malo y ellos si.
Ellos son infelices y por eso tienen que hacer a otra persona más infeliz que ellos.
Ellos no hacen nada por su vida, todo lo hago yo.
Yo merezco vivir, por todo lo que me he esforzado, por los golpes y gritos que he aguantado, por soportar tantas cargas innecesarias. Entonces, ¿Para qué voy ha acabar con mi vida pudiendo acabar con la de ellos?
—Ya no lo soporto más. —Dije con un tono de voz casi inaudible a la vez que salía del shock. Me limpié las lágrimas con rabia, mi mandíbula estaba apretada y todo mi cuerpo adolorido y algo tenso.
Con las pocos fuerzas que logré reunir, me levanté del suelo tambaleándome un poco. Me dirigí con dificultad a la cocina y tomé un cuchillo que estaba sobre una de las encimeras, subí las escaleras apoyándome en la barandilla ya que subir era más dificultoso que caminar y abrí la puerta de la habitación de mis padres sigilosamente.
Vi como ellos dormían tan tranquilos después de todo lo que me habían hecho, como sus cuerpos estaban fuera del estrés, como desahogados, sus caras relajadas mientras que la mía estaba a dolorida por sus golpes. Verlos dormir tan plácidamente hacía que mi rabia aumentara, de forma que el dolor apenas lo notaba, solo mi ira y odio. Me acerqué primero a mi madre y a la vez que levantaba el cuchillo pronuncié una frase, que ojalá les quede grabada en la mente de por vida, o más bien en la otra vida:
—Go to sleep and dream with me. —Después de decir eso clavé el cuchillo en el estómago de madre, quien al instante dio un corto grito, suficiente para despertar a mi padre, dejando salir su última bocanada de aire, y muriendo al instante.
Mi padre me estaba mirando estupefacto y con miedo, mucho miedo, tanto como yo le miraba cuando el sin piedad me propinaba cada patada, con esa misma falta de piedad que carezco en este preciso instante.
—¿Qué estás haciendo? —Me preguntó procurando que su voz sea igual de firme que siempre. Pero noté su miedo.
—¿No es obvio PAPÁ? —Remarqué la palabra papá, notando como su cuerpo se tensaba. Apunté mi cuchillo a el, y vi como unas gotas de sudor descendían de su frente.
—¡Estás loca! ¿¡Así es como me pagas haberte mantenido tantos años!? —Se estaba alterando por el miedo, sus ojos estaban muy abiertos, y su piel más pálida.
—¿Haberme mantenido? Creo que haber sido la criada sin sueldo es más que suficiente para pagar el mantenimiento, pero nada justifica el maltrato. —Mi voz era calmada, y mis pasos hacia el eran firmes.
—¡No! ¡Por favor! —Suplicó cuando levanté el cuchillo, perfecto para incrustarlo en su pecho.
—Yo también supliqué. —Sin nada más que decir, mi cuchillo fue clavado en su pecho, dejando instantáneamente sin vida a mi querido padre.
Después de matarlos me sentí bien, como si me hubiese quitado un gran peso de encima. Pero al minuto siguiente me puse nerviosa por que seguramente la policía vendría, no me extraña que con las voces no se hayan despertado los vecinos. Así que solo hay una solución: huir.
Cogí todo el dinero que encontré en la habitación de mis padres, y lo metí en una mochila negra que encontré guardada en el armario, también metí algo de ropa mía y la fotografía del chico. Sin olvidar el cuchillo que lo guardé en el bolsillo de mi sudadera.
Bajé corriendo por las escaleras, sin importarme que tanto me doliese el cuerpo, estoy feliz, eufórica. Abrí la puerta de la salida a la calle, salí y la cerré. Fui corriendo por la calle que estaba desierta, solo pasaban unos coches pero los conductores estaban pendientes de la carretera, seguí hasta llegar a un bosque. Me adentré en el y ya llevaba un rato caminando por el frondoso bosque, daba algo de miedo, pues todo estaba oscuro, se podían oír a algunos animales, y lo único que me podía ayudar a guiarme era la tenue luz de la luna.
ESTÁS LEYENDO
Amor de la infancia (Jeff, Liu y tu)
Fanfiction¿Durante cuánto tiempo se puede amar a una persona? No lo sé, pero ____ es una chica que desde su infancia hasta su adolescencia estuvo enamorada del mismo chico. Pero quién sabe, quizás eso cambie o quizás no. Todo podría cambiar cuando a su vida l...