Amor de la infancia (Jeff, Liu y tu)

Capítulo 3

*Narra _____*

Llamaron a la puerta, supuse quien era y que quería, aún así pregunté.

—¿Quién es? —Me incorporé sobre mi cama.

—Soy tu madre. —Escuché desde el otro lado de la puerta.

—¿Qué quieres? —Me atreví a preguntarle, pero ya me hacia una idea de que quería.

—Quiero saber si vas ha cenar. —Seguramente para que yo haga la cena.

—Sí, bajo en 2 minutos. —Sentí los pasos de mi madre alejándose de la puerta de mi habitación.

¿Ya es de noche? Que rápido se ha pasado el día, ya son las 21:30 p.m, Tengo hambre, ya que no he almorzado ni merendado. Pero prefiero estar encerrada en mi habitación antes que estar conviviendo con ellos y aguantando sus gritos.

Me levanté de la cama, me acomodé un poco la ropa y salí de mi habitación. Bajé por las escaleras y me encontré a mis padres sentados en la mesa, estaban ¿Esperándome? Bueno seguro es que les tengo que preparar la cena. No es la primera vez que esto sucede. Son tan vagos que lo único que hacen es trabajar en sus oficios, mi padre de leñador y mi madre en un supermercado, aparte de eso nada más, yo soy la que limpia, cocina, plancha, etc.

—¿Qué vas a preparar para cenar? —Preguntó la mujer que se hace llamar madre.

—Creo que voy a preparar sopa. —Contesté mientras pensé que al menos esta vez no me ha dicho que haga la cena como una orden, pero de igual manera tendré que hacerla.

—Vale, pero date prisa que tengo hambre. —Dijo mi padre con un tono de voz que parecía estar cabreado.

—Vale. —Me dirigí a la cocina, y comencé a buscar lo necesario para preparar una sopa.

Cogí una olla y puse el agua a calentar mientras buscaba un paquete de sopa, lo encontré y lo eché en el agua. En 20 minutos aproximadamente terminé de hacer la sopa.

—¿Ya está lista la sopa? —Preguntó mi madre con desesperación desde el salón.

—Sí. —Dije mientras sacaba 3 platos y empecé a echar la sopa en ellos.

Me acerqué a la mesa con un plato para mi madre y lo dejé en frente de ella. Después cogí el de mi padre y me empecé ha acercarme a el para dejarle el plato pero...

—_____ tráete las cucharas. —Ordenó mi madre dándome en el brazo, mientras llevaba el plato de mi padre, haciendo que la sopa se derramase sobre el.

Miré a mi padre con un poco de miedo, mientras el me miraba con más odio que de costumbre. Esta situación nunca ha pasado, por eso sé que su cara dice que me va ha golpear, de nuevo.

—¡Estúpida, mira lo que has hecho! —Gritó el agarrandome del cabello. —¡Esta me la pagas!

Mi padre me tiró al suelo y empezó a darme patadas en el estómago y a veces en la cara. Mientras yo era golpeada mi madre estaba terminándose la sopa, yo solo le miraba con desesperación y pidiendo ayuda con los ojos, pero no hizo nada, se levantó y solo me dijo una cosa:

—Te lo mereces. —Después de esas frías palabras, caminó a las escaleras, subió y se escuchó la puerta de su habitación cerrarse, se fue a dormir.

—¡Por favor! ¡Para! —Le supliqué, pero el seguía golpeándome en el estómago, el dolor era indescriptible, era imposible no llorar frente aquel dolor.

—¡Nunca te quisimos! ¡Ni siquiera eres mi hija! ¡Tu solo eres un criada y nada más! —Gritó con una patada más fuerte.

Mi padre seguía golpeándome y yo suplicándole que parase, pero el ignoraba mis súplicas y las cambiaba por golpes más fuertes.

No me dolió que me dijera que no era su hija, yo sé perfectamente que desde que nací no me quiso, nunca me consideró como a una hija. El tiene razón, solo soy la criada de ellos, ni más ni menos. Solo me tuvieron para ser su criada sin sueldo, la persona con la que desquitarse cuando están cabreados. Aguantar 3 años más es peor que una condena perpetua en la cárcel, vivir con ellos es el mismísimo infierno. Me cuesta demasiado pensar que tendré que seguir estando con ellos, si es que no me matan a golpes.

Pasó un rato, hasta que dejó de golpearme, simplemente se marchó ha dormir.