Capítulo 8

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*Narra _____*

Preparé la mochila negra, en ella solo metí un diario en blanco, una chaqueta azul oscura, una camiseta negra, un pantalón gris y una camiseta que me llegaba por lo alto de las rodillas que usaba de pijama de color violeta. En el bolsillo mediano de la mochila guardé la fotografía.

Estaba muy nerviosa, tanto que las horas se pasaron como minutos hasta llegar la noche, me fuí a dormir pero los nervios no me lo permitían por lo que estuve un rato dando vueltas en la cama hasta que pude dormirme.

Llegó la mañana, me fuí al baño, me duché y me puse mi ropa habitual. Una sudadera con capucha de color rojo granate, una maya de color negra, y unas converse negras.

Desayuné, guardé mi cuchillo en el bolsillo de mi sudadera.
Decidí irme ya, así que me colgué la mochila, salí de la cabaña y cerré la puerta. Suspiré mientras observaba a mi alrededor como el sol comenzaba a tocar con sus rayos por primera vez en el día las copas de los árboles, algunos pájaros comenzaban a cantar, las ardillas saltando de árbol en árbol, incluso vi a un ciervo caminando tranquilamente... ¡Y yo aquí con los nervios a flor de piel!

Caminé por el bosque en dirección a la otra ciudad. Empecé a caminar y ya pasaron horas, tuve que a mitad de camino por la carretera, pasé por una ciudad, el bosque estaba en la siguiente. Cuando iba ha pasar a la otra ciudad vi a un policía y me paró.

—¿Eres mayor de edad para pasar sola? —Me preguntó a unos 3 metros de distancia.

—Sí ¿Quiéres ver mi carnet de identidad para comprovarlo? —Mentí.

—Si, por favor, se lo agradecería y sería más fácil verificar su edad para pasar sin tus padres. —Dijo con una sonrisa amable. Pero a mi me sacó un poco de mis casillas que hubiese nombrado a mis "padres", yo no tengo padres, es más, ni siquiera tengo apellido desde el día en que maté a los que se hacían llamar "mis padres".

Me acerqué a el, una vez frente a el "busqué mi carnet" en el bolsillo de mi sudadera, pero en realidad estaba buscando una cosa más útil que un carnet. Saqué mi cuchillo y le dije: Go to sleep and dream with me.

Después de citar mi frase le clavé el cuchillo en la cabeza y luego repetidas veces en el pecho.

—Pensé que me lo dejarías más difícil. —Dije haciendo un puchero. —En fin, Sweet dreams, police.

Seguí mi camino y no pude evitar sonreir al ver un cartel en el que decía que ya estaba en la ciudad. Pregunté a gente de la zona donde quedaba el bosque, ventajas de ser otra ciudad es que quizás no te reconozcan, finalmente me indicaron donde quedaba, seguí las instrucciones que me dieron, y pude llegar perfectamente. El sol ya se estaba escondiendo.

Después de 1 hora y media caminando por el bosque, guiandome a través de unas notas colocadas en los árboles de la zona, llegué a la School for murderers.

Era muy grande y estaba amurallado por ladrillos y la puerta era una verja tan alta como la muralla.

Toqué la verja y noté que estaba abierta, pasé y empecé a caminar por lo que parecía ser el patio para el recreo. Llegué a la puerta que daba al interior del colegio, pero esta puerta estaba cerrada.

Llamé y no tardaron mucho en abrirme.

—Tu debes ser la última en llegar... —Dijo un "hombre" muy alto, delgado, no tenía rostro, su piel era de un blanco muy intenso y llevaba puesto un traje de ejecutivo.

—Lo siento, vengo por la carta que me llegó. —Espeficiqué.

—Si, lo sé, yo soy Slenderman. Pasa, te acompañaré hasta tu habitación. —Le hice caso y entré.

—Ven, siguéme.

Le seguí y subí por unas escaleras y luego empezamos a caminar por un pasillo con varias puertas, una de ellas era mi habitación.

—Esta es tu habitación. —Me indicó mientras me abría la puerta de la que al parecer iba a ser habitación.

Entré, y vi que era una habitación con una litera, un armario y una puerta que daba al baño.

—Slenderman, ¿Por qué hay una litera? —Pregunté antes de que se fuera.

—Por que las habitaciones son para compartirlas, pero llegaste la última y por eso no tienes compañera. —Explicó.

—Vale. —Contesté sin importancia con una sonrisa. Prefiero estar sola que con una compañera.

—Ah, por cierto, mañana sonará un timbre a las 7:30  de la mañana para que te de tiempo ha asearte y luego otro para que bajes a desayunar. Eso es todo por hoy, buenas noches.

—Buenas noches. —Me despedí, cerró la puerta y se fue.

Bueno, al fin llegué y al menos no tengo que compartir habitación. Dejé la mochila en la litera de abajo, pero ya es la hora de dormir. Entré al baño y me puse mi pijama, es decir, una camiseta violeta y sin ningún pantalón ni nada por el estilo debajo, a excepción de mi ropa interior. Salí del baño y me acosté en la litera de arriba, caí rendida y no tardé en dormirme.

Amor de la infancia (Jeff, Liu y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora