Amor de la infancia (Jeff, Liu y tu)

Capítulo 2

*Narra _____*       

Me encerré en mi habitación, y cogí algo de unos de los cajones, ese algo me consolaba y me hacía seguir adelante y no rendirme, si no llegara a ser por eso quizás ya hubiera acabo con mi vida, que no le importa a nadie. Ese algo es una fotografía.

Era una fotografía de mi primer y único amor, era una foto en la que aparecía el chico de la que estaba enamorada y al lado estaba su hermano, aún que no sabía el nombre de ninguno de ellos ya que le conocí cuando tenía 9 años, solíamos jugar todos los días pero a ninguno se le ocurrió preguntar el nombre del otro, hasta que un día se lo pregunté pero su madre llegó y le agarró del brazo para llevarlo a merendar y al día siguiente se fue, el se mudó de casa y desde entonces no he vuelto ha saber nada de el ni de su hermano. El chico del que estaba y estoy enamorada dijo que el también me quería a mi, incluso se quería casar conmigo, pero tengo en cuenta que éramos pequeños, pero lo dijo con mucha sinceridad, o al menos eso creo.

~Flash back~

Estábamos en el parque, en los columpios mirando al frente, mientras que otros niños de nuestra edad, algunos más grandes y otros más pequeños jugaban.

—Hey. —Me llamó la atención.

—¿Qué ocurre? —Le pregunté, dirigí mi mirada a el y nuestros ojos conectaron, poniéndome un poco nerviosa o más bien poniendo nervioso a mi estómago, que estaba hecho un zoológico cada vez que me hablaba o me miraba.

—Tu me gu-gustas. —Se confesó tartamudeando y sonrojado. Ese momento me pareció el mejor de mi vida, pues son las palabras que quería oír de el. Pero ya que el me ha confesado sus sentimientos, yo tengo que hacer lo mismo con sinceridad.

—Y tu a mi. —Dije también sonrojada. La cara me ardía, y apuesto que los dos estábamos como tomates vivientes, pero eso no fue ningún impedimento para apartar nuestras miradas.

—Algún día, cuando seamos más grandes nos casaremos y seremos muy felices juntos. Como en las películas, pero mejor, por que es real.

—Sí, eso será genial. —Dije entusiasmada. Esa idea me gustaba bastante.

—Ya lo verás. —Me dedicó una de sus sonrisas.

~Fin del flash back~

Después de recordar ese momento, uno de los mejores de mi vida, me tumbé en mi cama junto a la foto.

Seguí recordando momentos con el,  uno de los recuerdos es como tengo esa foto, la tengo por que cuando su madre lo agarró del brazo se le cayó la foto que tenía en el bolsillo, la recogí y esperé al día siguiente pero el y su hermano estaban montados en el coche y su padre empezó a conducir y detrás  del coche en el que iban lo seguían unos camiones de mudanza. Ese fue unos de los peores días de mi vida, teniendo en cuenta que he tenido muchos malos, o mejor dicho, todos los días son malos. Pero sigo con la esperanza de que lo volveré a ver, o eso es lo que me dijo el, días antes de que se confesara.

~Flash back~

—Un día me iré a otra ciudad. —Comentó mientras que caminábamos por la hierva verde del parque.

—¿Por qué? —Pregunté con tristeza.

—Mi padre suele conseguir trabajo en distintas ciudades. Nos mudamos constantemente. —Me explicó con la misma tristeza que yo.

—¿Eso significa que te volveré a ver? —Pregunté con los ojos algo húmedos por las lágrimas que amenazaban con salir.

—No, volveré por ti. Me da igual la edad que tengamos, pero prometo que volveré. —Esas palabras me consolaron un poco. Pero me seguía doliendo que pronto se fuera.

—¿Y cuándo te iras? —Tenía la esperanza de que fuera al menos en unos meses.

—No lo sé, aún no me lo han dicho mis padres. Solo han dicho que dentro de muy poco. —Hizo una mueca.

~Fin de flash back~

Seguí recordando tantos momentos con el, todos buenos. Cuando el llamaba al timbre de mi casa para que saliese a la calle a jugar con el estaba muy feliz, me hacia olvidarme de mis padres y sus riñas. Pero después al volver a casa volvía a la misma pesadilla que llevaba viviendo desde que tengo memoria, a pesar de eso, en el fondo de mí estaba feliz, por que sabía que el iba a volver para jugar conmigo, para ayudarme a olvidar todo, y solo poder pensar en el y experimentar la felicidad al menos por un rato. Esos momentos siguen perfectamente grabados en mi mente.

Después de bastante rato tumbada en mi cama junto a la foto y recordando momentos de mi infancia con el, me quedé dormida. Hasta que llamaron a la puerta de mi habitación...