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HACIA EL LEJANO FUTURO HE EMPEZADO A CORRER DE LA ANSIEDAD, DE LO DESCONOCIDO, IRÉ MÁS ALLÁ.
NO DEJARÉ DE SER DÉBIL, PERO ESO ESTÁ BIEN.
MI YO DE AHORA Y MI YO DEL PASADO, MI YO DEL FUTURO Y DEL PRESENTE, ESPERO Y PUEDAS AMARLOS POR IGUAL.
HACIA EL LEJANO FUTURO, NUESTRO DESTINO SE DIRIGIRÁ. EN EL FUTURO QUIERO QUE JUNTOS PODAMOS REÍR,
TÚ Y YO...
MI ESPERANZA ESTA EN TI,
ESTA PÁGINA SE PARECE A LA DE AQUEL DÍA EN EL QUE NOS CONOCIMOS TU Y YO.
¿CREES QUE SEA COINCIDENCIA?

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Desolación, devastación, unos dirían que era el fin de los tiempos.
Monstruos mitológicos que se creían solo un mito. Una cosa eran los monstruos comunes, pero esos engendros... esas criaturas que durmieron por siglos y del que solo el kraken se tenía indicios,bueno... era algo desalentador.

En el hotel, Mavis, Frank y su hijo Dennis, estaban en complicaciones, algunos de los monstruos que llegaron y de los que estaban allí comenzaron a atacar a los otros monstruos que estaban con ellos, muchos salieron despavoridos, otros se defendían.

Mavis no quería que su hijo se llevara una impresión de lo más devastadora así que usó el calabozo más grande y los fue encerrando a todos los que pudo.
Y su preocupación aumentaba ya que el portal por donde habían llegado se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos.

Mientras tanto en lo que quedaba de la isla, el trío que estaba en la torre estaba desconsolado, triste y casi al borde de perder esperanza.
Solo veían por aquella terraza el inmenso ser que se regeneraba y que seguía haciendo sonidos raros. No sabían que estaba llamando a los monstruos en todo el mundo.

Y el panorama era igual para Drac, que solo abrazaba a su amaba.
— no estás... solo estás durmiendo... solo duermes, si... eso es lo que estás haciendo, yo... yo te dejaré descansar. — la mecía entre sus brazos como si fuera una bebé.
Claramente seguía en shock, negándose a la dura realidad que lo estaba golpeando en la cara.

— de que sirvió que me haya convertido en tu guardián, prácticamente en tu guardaespaldas personal, si con mi habilidad y fuerza... no pude salvarte. — juntaba su frente con la de ella — tus padres me encargaron cuidarte... y les... les... fallé. — las lágrimas pronto salieron y se deslizaron por sus mejillas, cayeron en el rostro de Ericka, y las pocas que alcanzaron sus heridas las fueron limpiando de aquella sangre.

— ¡Te Amo Ericka Van Helsing! No me dejes. No me dejes. No... — respiró profundamente y gritó desesperado, un grito que tenía toda su fuerza resonó —
¡NO ME DEJES! —.

En el palacio los tres estaban en la terraza, y un brillo les llamó la atención.
Las dos aves, más bien una de ella, Birth.
El trío las había olvidado por completo, pudiera ser que ya las daban por muertas, pero no era así.

Birth brillaba con intensidad, convirtiéndose en una esfera de energía, y  de un momento a otro salió disparada por la terraza.
Los tres se tiraron al piso para que no chocara con ellos.
Siguió su trayectoria y zigzagueó por el aire hasta llegar directo a donde estaba Drac.

Birth emitió entre un rígido y un graznido raro, la luz en la que se había convertido llamó la atención de Inferno.

El ave impactó de lleno en el cuerpo de Ericka, Drac cerró sus ojos por la luz cegadora; para después soltarla, y no es porque hubiese querido, si no por que el cuerpo de la platinada ardía.

Ella se iluminó, y luego empezó a levitar frente a Drac. Daba pequeños giros muy lentos. Birth estaba trayendo a la vida a Ericka, su energía comenzó a curar todas sus heridas; viejas y nuevas.
El aspecto de ella cambió, sus cabellos ya no eran del todo platinados, ahora tenía varios tonos, y sus ropas se invirtieron, de ser negras a blancas.

VAN HELSING. Legacy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora