Scarlett POV'S
La mirada de Steve se había vuelto hielo otra vez, sus puños estaban cerrados y sus venas resaltaban en su cuello.
- ¿Qué trato de que? ¡Porque no me lo dijiste desde un principio! ¡Ese mal nacido merece morir! ¿Dónde esta tu madre?- me dijo exaltado acercándose más a mí.
- Mi madre nunca salía de la habitación cuando me golpeaban, bueno solo una sola vez, cuando mi padre quería abusar de mí, quién me defendía, me llevaba al médico y recibía golpes por mí era mi hermano. El único que me dio amor. Fue lo mejor que tuve- dije entre lágrimas.
- ¿Dónde está tu hermano?- preguntó
- Mi hermano se marchó, me dijo que me podía ir con el, pero no quise. Papá me dijo que si me iba con él nos mataría a los dos, pero si me quedaba y lo dejaba ir no me golpearía más y me podría mudar a un apartamento yo solo. Así lo hice, mi hermano no se fue hasta que yo estaba mudada sola, se quedó unos cuantos días conmigo y luego se marchó diciéndome que seguiría estudiando y que le ofrecerían un buen trabajo. Lo amaba. Lo amo. Era mi sonrisa. Debe estar preocupadisimo por mí al saber que supuestamente me secuestraron.- dije aún entre lágrimas.
-¿Cómo se llama?- me preguntó atento.
- Nicolás. Mi Nick.- le dije recordando como lo llamaba.- Era boxeador, tiene 25 años. Papá no lo quería porque decía que era un pandillero, solo nos utilizaba para sus negocios y revistas para fingir sonrisas que no teníamos. Era el mejor hermano del universo Necesito contactarlo - dije derramando algunas lágrimas.
- Perdón si te hice recordar malos momentos, no era mi intención. Siento tanto haberte juzgado por niña rica y mimada - me dijo afligido - Mandaré a mis hombres para que contacten a tu hermano, así podrás verlo o por lo menos llamarlo- me dijo pensativo.
- Gracias, no importante, lo importante es que sepas que no te odio, que tanto como me quieres yo te quiero, te agradezco tanto por estar aquí conmigo. Odio los hospitales, solo na persona sabia eso, y ahora son dos. Tú y Nick. No quiero estar más acá, sácame de aquí Steve. Por favor. Estos aparatos y esta vista me aterrorizan. No estoy tan mal.- le dije implorandole.
- Pero no te ves muy bien, no quiero que vayas a tener otra crisis. El médico no ha traído la receta me dijo acariciando mi mano. Su contacto con el mío era tan deseable, tan seguro que me hacía querer besarlo y no soltarlo jamás.
- Por favor, Stev. Te lo pido, prometo no alterarme. Si quieres puedes quedarte todo el tiempo que quieras a mi lado, pero sácame de aquí- dije nuevamente.
- Okay, pero estarás bajo mis órdenes - me dijo dándome una linda sonrisa.
- Sí doctor Allen - me burlé.
Sonrió haciéndome reír.
Luego que Steve hiciera todos los trámites para sacarme del hospital y le dieran la receta de los medicamentos me pude largar.
Al llegar a la casa, Steve me ayudo a subir las escaleras, ya que para él yo estaba débil, me acomodo en la cama y se sentó frente a mí. Era un momento algo raro, ya que solo nos mirábamos, tratábamos de encontrarnos uno con el otro, o bueno eso parecía. La puerta se abrió dejando ver una Clara con la cara roja, notándose que había estado llorando.
- ¡Señorita Scarlett! Discúlpeme, yo no sabía que era alérgica a la vainilla, cuanto lo siento. Nunca quise hacerle daño. No fue mi intención. Perdóneme - dijo llorando
- ¡Pero que dice! Si no tengo nada que perdonarle. Usted no sabía, no es nada. Cálmese.- le dije amable.
- De verdad lo siento, ¿no quieres algo para recompensar lo que hice? Le puedo hacer una sopa - me dijo amable.
- No. No se preocupe. No ha pasado nada. No tengo hambre. Gracias- le dije.
La voz de Steve nos interrumpió.
-Clara por favor, l puede subir una sopa y los calmantes que dejé arriba de encimera con agua.- dijo como si fuera mi padre.
- Si señor. Ahora mismo - dijo sonriendo y marchándose.
Luego que Clara saliera de la habitación cerrando la puerta miré a Steve.
- No me mires así. No cometí ningún delito, ni he matado a nadie.- dijo sonriendo.
Maldita hermosa sonrisa.
- Dije que no quería sopa y ¿tú me contradices? ¿Por qué lo hiciste? Dije que no quería sopa - dije mirándolo retadoramente.
- ¿Recuerdas que me dijiste que si te sacaba del hospital podía no moverme a de tu lado y que ibas a estar como que yo fuera tu médico?- me dijo
- Si lo recuerdo - dije
Él sonrió
-Eso hago, no me moveré de tu lado ni un segundo, creo que mirar tus ojos y estar a tu lado es mejor que observar papeles y ordenar negocios. Así que es sopa, Pequeña, te la comes - dijo sonriéndome y guiñandome un ojo.
¿Por qué tenía que ser tan guapo?
Gracias y espero que me ayuden a que esta novela siga creciendo.
Podrían ayudarme compartiendo la novela. Gracias