Capitulo 20

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Steve POV'S

Acabo de llegar a casa, estaciono mi auto enfrente, saludo a los guardias de fuera y entró a la casa.

-¿Comó estás Clara? - le dijo saludando la.

- Muy bien, ¿cómo le fue a usted señor Steve? - me dijo sonriendo.

- Muy bien también, ¿y Scarlett? - dije sonriendo.

- Está arriba con el señor Nicolás, creo que la señorita no se siente bien - dijo esta vez sin sonreír

-¡¿WHAT?! - dije exaltado.

subí las escaleras en un dos por tres y entré a la habitación donde se suponía que debía estar, allí estaba, recostada con Nicolás al lado. Se veía mal.

- Scarlett. Pequeña. ¿Que ocurre? ¿Qué pasa Nicky? - dije a los dos a la vez.

- Nada está mal. ¿Como te fue hoy? Llegaste temprano - dijo Scarlett con una sonrisa fingida, estaba mal, tenía mala cara.

- ¡¿Que no pasa nada Scarlett?! ¡¿Le dices que no pasa nada?! ¡Pues yo le diré que pasa! Scarlett olvido los medicamentos! Ayer los tomó, pero esta mañana no lo hizo. Esta mal. Dice que no pero sí. Hace un rato tenía un poco de fiebre, ay está bajando y, sobre todo, no tenía ganas de comer. ¡Sabes que puede morir y eso me enferma! ¡Me enferma que no me haga caso! Que se cuide, que hay personas que las amamos, como yo. Me enferma que diga que no tiene nada. El doctor dijo que tus medicamentos no pueden faltar, en cualquier minuto puedes convulsionar Scarlett. - dijo Nicolás preocupado y a la vez enojado y triste.

Miré a Scarlett que tenía los ojos débiles y estaba pálida.

- No te preocupes Nicolás. Yo personalmente me asegurare que en mi presencia se las tome todos los santos día, ella y yo tendremos una larga plática. Te lo aseguro Nicolás. - dije

- Confió en ti, ahora me tengo que ir. - dijo despidiéndose con un beso en la coronilla a Scarlett y una palmada en mi espalda, confirmé que se había ido cuando escuché la puerta cerrarse.

Entre las manos en mis bolsillos y me recosté en la pared al lado de la ventana con la mirada fija en la de Scarlett, que estaba inquieta en la cama.

- Sé que quieres matarme porque no me tomé las pastillas. Pero fue que se me olvido. No quiero morir y mucho menos preocuparles, es solo que lo olvide por completo - me dijo triste. ¡EStaba seguro de que me decía la verdad! - ¡Odio esta maldita enfermedad, odio a mi padre! - dijo en un susurro casi inaudible.

Sus palabras me entristecieron, me dolió escucharla hablar así.

- No estás enferma, ¿sabes? Sólo tienes algo más en tu vida. Eres y puedes ser feliz como todos, solo tomate las pastilla y ya, recuerda que, si no las tomas, puede morir en un segundo. ¿Que tendré que hacer contigo Scarlett? ¡¿Dime?! - dije suspirando y sentándome a su lado.

- Puedes besarme primero y luego hacer lo que quieras conmigo - dijo simple

Sonreí

Me acerqué a ella y la besé delicadamente, estaba un poco caliente por la fiebre. Solté sus labios y me quedé tan cerca de ella, mirando sus hermosos ojos, sus notables pecas, sus delgados y perfectos labios. Era hermosa, es hermosa y es mía.

- ¿No estás cansada? - le pregunté tomando su mano y acariciándola.

- ¿No, y tu? Llevó la tarde completa aquí acostada. Nicolás no me dejo ni siquiera mover un dedo, es muy exagerado, son muy exagerados - dijo quejándose.

- No lo somos, solo queremos lo mejor para ti, Scarlett. Esto no es un juego, no es una pastilla para adelgazar o para un dolor de cabeza, es tu vida, es tu hora, tus segundos. No quiero imaginarme lo que pasaría si no te... AHH - suspire. - Por favor, prometeme que no olvidaras las pastillas, prometeme que te las tomaras, aunque no está. Prometemelo. ¿Me quieres? - dije y pregunté a la vez, colocando mis manos en las de ella y entrelazando nuestros dedos.

- Claro que te quiero Steve - dijo triste y ágil a la vez. - Perdoname , no quiero causarles un daño ni ninguna preocupación - dije nuevamente.

- Si me quieres mantente fuerte hasta el final, sigue discutiendo con la mujeres que se me acercan y siendo rebelde y testaruda conmigo. Prometemelo. . dije colocando mi cabeza en su pecho.

- Te lo prometo, te lo prometo mi mafioso compulsivo - dijo levantando mi cabeza y besando mis labios.

La quiero tanto y no quiero perderla. La quiero tanto que, i la pierdo, me pierdo con ella.

Mi mafioso Compulsivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora