Capitulo 3

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No había podido dormir bien toda la noche. ¡Tenía la cabeza llena de las imágenes del cuerpo de Steve, tenía su cuerpo lleno de tatuajes! Se veía tan llamativo, su tan bien trabajado cuerpo que haría babear a cualquier mujer que tuviera, debería sacar esos pensamientos e imágenes de mi cabeza o moriría. Me di un baño y aun así me vestí con un T-short negro, unos leggins que le seguía el juego y unos tenis blancos. Me hice una coleta alta y salí de la habitación.

Bajé las escaleras y me encontré con una señora de algunos cincuenta años, se veía dulce. Llevaba una sonrisa en su cara y se movía por todos lados en la cocina. Su mirada captó la mía.

-¡Buenos días! Debes ser Scarlett- dijo sonriéndome

Sonreí también

-¡Buen día! Si soy yo, ¿y usted?- dije sonriendo y sentado me en uno de los banquitos de la encimera.

-Soy Clara, la cocinera de la casa. El señor Allen salió muy temprano hoy, me dijo que le entregara esto- dijo ella pasándome una pequeña bolsa de color blanco.

-También me dijo que uno de los choferes te llevará al centro comercial, puedes comprarte todo lo que quieras y necesites.- dijo sonriéndome.

Estaba confundida, bastante.

Abrí la bolsa y saqué la pequeña caja que decía"iPhone 7Plus" y también había tres tarjetas de crédito con mi nombre

Este hombre me sorprende a cada hora, más.

-Ahh...También me dijo que comprara un vestido de novia- me dijo muy entusiasmada. Mi mente divareo.

-¡¿Qué?! ¡¿Un vestido de novia?!- dije exaltada

-Si. Pensaba que como eras su novia sabía que el señor Allen tenía el casamiento pasado mañana aquí- dijo esta vez sin sonreír.

-No, yo no sabía nada de esto y tampoco soy su novia- dije parandome de aquel banquito y saliendo de la cocina, subí las escaleras y me preparé mentalmente.

¡¿Que estaba ocurriendo?! ¡Que estaba pasando! ¡¿Qué haría ahora?! ¡Esto no puede ser real! ¡No me quiero casar! ¡No quiero!

¿El teléfono que Steve me había dejado suena y que creen? Su nombre aparece en mi pantalla.

-¡Cómo es eso de que nos vamos a casar pasado mañana!- dije gritándole por el teléfono

-Hola Steve, ¿como estas? Me encontré extraño no verte hoy. ¿Como va tu día?- dijo el muy maldito, haciéndose el sarcástico.

-No estoy para bromas- dije enfureciendo mi voz.

-Si, nos casamos pasado mañana. ¿Ya compraste el vestido?- dijo serio o bueno eso aparentaba su voz.

-Pero...Pero yo pensaba que las reglas no iban tan en serio, no pensé que nos íbamos a casar tan rápido, solo llevo un día aquí, ayer y apenas la mañana de hoy. No me hagas esto por favor. Por favor- dije implorandole y cambiando mi tono de voz.

-Todo lo que digo lo cumplo Scarlett. Lo siento mucho, pero la boda es pasado mañana. No será algo grande, solo habrá algunos amigos y los organizadores principales de la mafia. Esta tarde te cuento todo, pero por favor, obedece, encargué a uno de los choferes a que te llevara al centro comercial. Te hablo luego- dijo y colgó.

Por primera vez, me permito llorar, me permito soltar todo eso que me ahogaba por dentro, que me estaba destruyendo poco a poco. Si antes estaba preocupada por lo que podría pasar entre nosotros, ahora lo estaré más.

Empiezo a tener miedo, miedo otra vez.

Bajo las escaleras y un joven trajeado de algunos 25 años me sonríe, yo no le sonrió.

-¿Usted es la Señorita Scarlett?- me preguntó.

-Sí, soy yo- dije

-Venga, suba al auto. El señor Allen me ordenó llevarla al centro comercial- dijo caminando y yo siguiéndole.

Subí al auto y no pude evitar querer llorar, no tenía deseo de comprar un vestido de novia para caminar al altar con una sonrisa falsa. ¿No podría escogerlo negro?

¿Por qué estas cosas me pasan a mí? ¿Por qué?

POV' Steve

Subí las escaleras de las casa, había llegado hace una hora y no había visto a Scarlett por ningún lado, entré a su habitación y allí estaba, con su mirada perdida en la ventana, su cara roja y sus ojos hinchados.

-Dime que no estabas llorando- dije acercándome a ella. Sus ojos miraron los míos.

-Mírame tú mismo- dijo y vi la lágrima caer por sus ojos.

-¿Por qué sufres de esa manera? Que ganas haciéndote daño tú misma al imaginarte cosas que son- dije

-¡No me hago daño! ¡Tú me lo haces! ¿Piensas que para mí es bueno saber que me caso contigo pasado mañana? Piensas que me alegra haber comprado un vestido de novia que no quería, como si fuera un funeral. ¡Una novia debe estar feliz por su casamiento, no queriéndose morir como yo! ¡Saber que tengo que caminar con una sonrisa falsa de mano! ¡Sin sentir nada! ¡Nada! ¡Me estas destruyendo poco a poco con tus ojos hielos, con tu forma de ser! ¡Con todas tus acciones! ¡Hubiera sido mejor morir en ese prostíbulo! Lo peor que te puede pasar es que te obliguen a estar con alguien a quien no quieres ni te quieren a ti. Solo vamos a sufrir, créeme- dijo pegándome en el pecho, sacaba todo lo que sentía por dentro, pero sus golpes no hacían que yo me moviera, pero en el fondo me dolían sus palabras. Ella decía la verdad.

La tomé de las manos bruscamente haciéndola que esta me mirara, sus ojos y sus mejillas están llena de lágrimas, su nariz roja y su mirada fija en mis ojos. La empujé hacia a mí apoderandome de sus labios, disfruté de un beso apasionado y caliente, saboree sus labios y ella me respondió al beso de igual forma, hacía mucho tiempo que quería hacer eso. Incluso cuando mordía su labio inferior despertaba en mis cosas que ninguna mujer hacia.

Me separé de ella suavemente mirando sus labios.

-Dime que no te gustó el beso. Dime que no sientes nada por mí. Que me odias y que me quieres muerto. Dímelo- dije en un susurro.

Se quedó en absoluto silencio.

-Espero que hayas comprado el vestido y sé que, aunque no me hayas dicho nada, te gustó ese beso como a mí también. Buenas noches pequeña- dije soltando la y volviéndola a besar. Esta vez solo un corto beso.

La miré por última vez y salí de la habitación.

Sé que ella siente lo mismo que yo. Aunque no sepa descifrar si me gusta o verdaderamente me he enamorado de ella.

Mi mafioso Compulsivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora