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El sol entraba a través de las cortinas. Elena se movió lento para no despertar a Melody. Anoche, por la pena de no saber la razón por la cuál Stephen había actuado tan distante, durmió con Melody en la cama. Abrazándola para calmar su corazón.

Por la mañana, cuando se sentó al borde de la cama ya se sentía de mejor humor. Lo que sea que le había pasado al hechicero supremo anoche, debió haber pasado y de seguro tendría una explicación.

Así que se levantó, abrió las cortinas y se dio una ducha rápida. Se estaba poniendo las botas cuando Wanda golpeó la puerta.

—Ey — dijo Wanda — la puerta se abrió sola.

—Stephen puso un hechizo. Solo se abre si se trata de Tony y tú. Bueno, obviamente nosotros. Por seguridad — batió las manos mientras tomaba su abrigo marrón.

Wanda se acercó a Melody en la cama. Tenía un lindo conjunto rosado de ballerina.

—Ya veo... — Wanda comenzó a besuquear a su sobrina — ¿Quien es la cosa más gordita y hermosa del mundo? — Elena se reía mientras las veía — ¿Y el Dr. Strange?

—¿No lo viste?

—Al menos por donde pasé. No.

Elena se quedó mirando la puerta. Lanzó un suspiro y aunque trató de no sentirse mal al respecto no pudo evitarlo. Wanda, que la sintió la contempló en silencio. Luego, tomó a sobrina en brazos y salieron del santuario en dirección a la peluquería.

—Deberías venir, Wanda. Al cumpleaños de Tony, digo.

—No — respondió conduciendo — no soy de fiestas. No está en mi naturaleza. Prefiero quedarme con la bolita de grasa en el complejo.

—¿Estás segura? Puedo quedarme yo. De todos modos no tengo muchas ganas de ir — dijo mirando por la ventana pensativa.

—Claro que no. Tu vas a ir a esa fiest. Te vas a divertir y ya está. Necesitas una noche de libertad Elena. No te has despegado de la niña desde que prácticamente se creó en tu vientre.

—Pues no quiero despegarme de ella.

—Lo sé. Pero solo será una noche y tu hija estará bien — Wanda le palmeo el hombro y sonrió. Pero Elena, que apoyó un codo en la ventana no sabía muy bien que pensar — ¿No irás con el doc?

—Ya no sé — se encogió de hombros.

Wanda la miró confundida pero no quiso preguntar más sobre el asunto porque la notó más callada y distraída de lo usual.

Más tarde, en la peluquería. Elena había optado por no córtaselo. En cambio, cambió el color total de su pelo. Wanda y Melody esperaron sentadas y mientras ella vivía todo el proceso. Un simple cambio para algunos, uno enorme para ella.

Cuando terminaron, fueron por helado. Se sentaron casi al final de la tienda. Wanda se quedó con Melody en la carriola pues se había quedado dormida y Elena fue a comprar los conos de helado para ambas. Vainilla para ella, Menta con chips de chocolate, para Wanda.

Elena tomó su teléfono solo para distraerse hacia donde la estaban llevando sus pensamientos nerviosos. Su control sobre escuchar la mente de otros estaba 90% superado. Ahora, era como abrir una puerta a cada mente para saberlo. Y todo eso lo había conseguido gracias a Stephen Strange y sus innumerables entrenamientos y meditaciones. Nunca se imaginó que algo así la hubiera podido ayudar tanto. Mucho más que la tecnología que su hermano le quiso brindar. Sonriendo, deslizó el dedo por la pantalla táctil y buscó sus mensajes. El ultimo que tenía de Stephen había sido ayer a las tres de la tarde cuando le envió pulgar hacia arriba con una foto de Melody comiéndose su comida.

Red Rope  ━ Stephen Strange/Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora