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Elena

Un acuerdo. Un obstáculo para Steve, control para Tony. Un pare para Wanda y una estupidez para mi.

Media hora después de que Ross nos diera la noticia del acuerdo. Estábamos todos sentados en la sala de estar en silencio. Steve estaba con el libro del acuerdo en las manos. La mirada perdida en él. Enojado. Incomodo. Mientras Rodhy y Sam discutían en sus espaldas. Absurdas cosas. Como quien ganó más medallas en el último tiempo.

Me levanté del sofá y me quedé mirando por el ventanal. Era una situación muy incomoda. Y yo, de pronto me sentía entre la espada y la pared. Porque era obvio que Tony quería y tenía claras intenciones de darle cuentas al gobierno. De que alguien nos controle. Pero Steve, no quería eso. Y se esforzaba por entender porque Tony lo quería hacer.

Si una tiraba hacia un lado, yo sabía exactamente con quien me iba a ir. Por mucho que me doliera, no iba a dejar a Steve solo.

—El secretario Ross tiene una medalla de honor en el congreso, muchas más de las que tú tienes — Rhody discutía con Sam de nuevo.

—Supongamos que estamos de acuerdo con eso — exclamó Sam — ¿Cuánto tiempo pasará hasta que nos rastreen como a una banda de delincuentes?

Rodeé los ojos casi al mismo tiempo que Tony. Quien se levantó pasándose las manos por la cara frustrada.

—Hay 117 países que quieren firmar, 117 Sam y tu dices "No, está todo bien. Podemos manejarlo" — Rhody y Sam se miraron a punto de ahorcarse.

—¡¿Cuanto tiempo vas a jugar para ambos lados? 

—Hey niñas. Ambas son bonitas ¿Si? — murmure cruzada de brazos — Pero ¿Podríamos enfocarnos en lo realmente importante? Hay que buscar una solución a esto, juntos.

Steve cerró el libro y me miró con una leve sonrisa.  Sam me devolvió la sonrisa con ironía y permaneció en silencio con los brazos cruzados. Mi hermano se metió a la cocina mientras todos los ojos curiosos se posaron en él. 

—Tengo una ecuación — dijo Visión de pronto.

—Oh, esto lo aclarará todo — ironizó Sam — en los ocho años que pasaron desde que el señor Stark dijera que es Iron Man el numero de personas mejoras aumentó exponencialmente. En el mismo periodo, los eventos que podían destruir el mundo aumentaron proporcionalmente. 

—¿Dices que es nuestra culpa? — Apuntó Steve sosteniendo el libro en sus manos. Era una mirada seria, demasiado seria para Steve. 

—Digo que puede haber una casualidad. Nuestra fuera invita a desafiarla. El desafío incita a los conflictos. Y los conflictos, causan catástrofes. Supervisión... — Visión nos miró a todos — Supervisión no es una idea que se pueda desechar. 

Otra vez se instaló en silencio alrededor hasta que Nat hizo a Tony hablar. Steve dejó el libro sobre la mesa y mi hermano comenzó por fin a prepararse un café. Se tomó dos aspirinas y luego, proyectó un holograma de un niño. Mientras hablaba sobre él, sobre el impacto que tuvo en él mi mente me llevó lejos. A meses atrás, años. A mi vida en Sokovia. A mi vida anterior. A lo que yo era antes de conocer mi origen, antes de conocerlos a todos ellos. De volver a reencontrarme con Steve. 

Fue como si una nube de oscuridad se cerniera alrededor de mí y me hiciera permanecer en silencio en un rincón. Sí, Tony había tomado su decisión al respecto yo también había hecho la mía. Vi a Wanda, vi el miedo en sus ojos. Vi la incertidumbre. Pietro estaba en silencio a su lado, pero no dejaba de comerse las uñas. Ambos, se sentían culpables. La prensa los hacía culpables. 

Red Rope  ━ Stephen Strange/Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora