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La luz roja se cernió alrededor de Elena como una manta. Los delicados dedos de Wanda se movían ligeramente sobre su mente mientras le mostraba a Elena los detalles y las palabras, los momentos. Los recuerdos y los hechos de su pasado. De su procedencia.

Wanda no quería esperar a que ella supiera la verdad. A que esperara saber quien era en realidad.

Una Stark.

Cuando la visión terminó, los ojos de Elena estaban aguados y su rostro estaba cubierto de lágrimas .

—Te dije que era una mala idea — dijo Pietro, con preocupación.

Wanda no dijo nada, se mantuvo mirando a Elena con cuidado hasta que ella misma se limpió las lagrimas del rostro y se recompuso en silencio. Los recuerdos pasaban vivos por su mente, ahora que había sido quitado el velo gracias a Wanda. Ahora que entendía muchas cosas que antes no sabía porque sentía. Esa extraña conexión con Tony. Esa peculiar familiaridad con el entorno de la tecnología. Su inteligencia.

Se alegraba al saber que no tenía que ver con Peggy y que tal vez los documentos que tenía Tony no eran ciertos. Que Fury solo cumplía con la parte de mantener resguardada su identidad por seguridad. Pero Hydra ya estaba acabada, supuso que eso no tenía porque importarle entonces. Así que, se acercó a Wanda y le puso una mano en la mejilla mientras le regalaba una sutil sonrisa.

—Gracias — susurró — por decírmelo.

—¿Estás bien? —Pietro le preguntó cuando ella se alejó en silencio.

—Ella está bien — Wanda respondió con una sonrisa cómplice.



Con una mano en el corazón, soportando sus propios sentimientos. Elena avanzó por el pasillo que llegaba al hangar de la torre. Vio a Clin a lo lejos llevar un par de cosas al Jet. Apartó la vista para evitar pensar en Nat y pensar en lo peor. Aunque era bueno mantenerse pensando en otra cosa por el momento, porque ahora no sabía como iba a mirar a Tony cuando volviera a verlo.

—Elena — el corazón se le detuvo y los nervios se le fueron a los pies cuando Steve la alcanzó al verla a lo lejos. Con una tablet en la mano caminó hasta alcanzarla. Cuando llegó a ella, se detuvieron y se miraron de frente — ¿Estás bien? Te siento... distraída.

—Estoy bien — dijo entrecerrando los ojos — hay tanto que quiero decirte Steve — levantó una mano y la puso sobre la mejilla dura del capitán — solo que ahora mismo no es el momento.

—Lo sé — él dijo, poniendo su mano sobre la mejilla de ella, recargando su rostro contra la palma tibia de Elena mientras entrecerraba los ojos — lo sé.

—Gracias por devolvérmelos. Sé que sabes lo importantes que son para mí.

Steve abrió los ojos con calma. Tomó la mano de Elena y se la llevó a los labios besando sus nudillos con ternura y sonrió. Elena sintió cosquillas y las mejillas se le pusieron del color de los rojos labios. Steve al verlos se inclinó un poquito a ellos y a Elena se le fue el aliento de un momento al otro.

—Tal vez sea precipitado Elena pero yo... tú me... Hay tanto que yo quiero...

—Steve — ella solo dijo, con los labios separados tratando de controlar los ritmos intranquilos de su corazón mientras Steve le sostenía la mano a la altura del pecho.

—No es el momento, lo sé — Steve suspiró y tomó distancia. Sonrió para aminorar sus nervios y Elena poco a poco regularizó su ritmo cardiaco.

Pero eso, no quitó que ambos no dejaran de mirarse como si quisieran devorarse el uno al otro. Tenían un montón de cosas pendientes. Tantas que ni todo el tiempo del mundo les podría bastar.

Red Rope  ━ Stephen Strange/Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora