39 ☆

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Stephen explica con mucha paciencia lo que está pasando mientras Tony intenta asimilarlo todo en su cabeza. Trato de no lucir preocupada, como si todo estuviera por irse a la mierda de pronto. Trato de pensar que solo se trata de alguien a quien fácilmente podemos vencer. Pero cuando Wong explica lo que son las gemas del infinito nada parece ser potencialmente fácil de superar, teniendo en cuenta que gracias a Bruce sabemos que Thanos tiene dos gemas con él: Poder y Espacio. 

—Repite su nombre —. 

—Thanos — Bruce se acerca a mi hermano y le pone las manos en los hombros — es un maldito, Tony. Invade planetas, hace lo que quiere. Loki — hace una pausa mientras me abrazo a mi misma solo para no parecer lo suficientemente nerviosa — él lo envío. Nueva York. Él envío a Loki. 

Tony luce paranoico, un poquito descolocado. 

—¿Cuándo tiempo tenemos sabiendo que tiene las gemas del espacio y poder? — pregunto. 

—No mucho — contesta Wong. 

—Si llega a tener las seis gemas... — Bruce arrastra las palabras. 

—Podría destruir la vida en el planeta en una escala insospechada — Stephen se acerca a Tony, que está elongando apoyado en el caldero del cosmos. La capa, le da un golpe a la pierna de mi hermano y éste se gira a verlo ofendido.

—Voy a permitir eso — Tony lo miró desafiante, Stephen no se movió ni un segundo — A ver. Si Thanos necesita las seis gemas ¿Por que no echamos esta al triturador? — apuntó al ojo de agamotto. 

—No lo creo.

—Juramos proteger la gema del tiempo, con la vida — agregó Wong. Tragué saliva con mucha dificultad, Stephen me miró deliberadamente a través de sus pestañas, pero no fui capaz de sostenerle la mirada por mucho tiempo. 

Porque yo sabía lo que eso significaba. Incluso siendo una idiota podría saberlo. Y el mero hecho de tener la noción en la punta de mi lengua hacía que el corazón se me saliera de la boca. Que me faltara el aire como si estuviera a punto de tener un ataque de pánico. Proteger la gema con la vida. Ese era su propósito. Protegerla incluso sobre mí o Melody. 

Cuando me di cuenta, me había desasociado de la conversación. Estaba mirando un punto fijo que de pronto se vio opacado por la alta figura de Stephen. Sus suaves dedos se deslizan por la comisura de mi rostro y aunque nos miramos a los ojos y lanzamos una sonrisa torcida y muy chiquitita, estamos muertos de miedo. 

—Elena... — él intenta decir algo, lo que sea. Yo sé que quiere que esté tranquila, que no tenga miedo. Pero no puedo soportarlo. Por que en el fondo de mis huesos yo lo sé. Que esto es lo más parecido a una despedida entre los dos. Y quiero llorar. Y quiero gritar. Y maldecir. Y golpear algo. Porque siento que no tengo aire. Que me voy a morir si algo le pasa y entonces parpadeo con los ojos vidriosos igual que los suyos y leo que dice algo con sus labios — te amo — susurra, tan bajo que solo yo puedo oírlo. 

Aprieto mis dientes, mis manos a los costados de mi cuerpo. Tengo que mantenerme tranquila y fuerte. Porque si me ve tan mal como estoy en el interior, hacer su trabajo será más difícil de lo esperado. Así que me esfuerzo por sonreír un poco y respirar. Mover los brazos, como si no estuviera temblando. Y él solo hace una mueca. Porque es tan difícil sonreír en un momento así. Stephen no puede fingir. No es capaz de decir que todo está bien cuando es evidente que no lo está, así que solo hace una mueca y sigue haciéndome cariño. 

—Algo pasa — murmura Bruce. Nos volteamos a verlo, su mirada fija en la puerta hacia la calle. Silencio absoluto pero una quietud totalmente perturbadora. 

Red Rope  ━ Stephen Strange/Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora