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En cuanto llegamos se instalan en mí los nervios. De alguna manera, la reacción que tenga al enterarse de que tiene una hija de casi cuatro años me hace sentir preocupada. Steve ya no es para nada el hombre que solía ser antes. No tuve que sentarme a hablar con él y ponernos al día como dos viejos amigos para saberlo. Incluso sentada junto a Wanda y él, dándonos la espalda, pude darme cuenta. No solo era su nuevo aspecto, era la forma en que miraba. Respiraba. Pero después de todo. Todos éramos personas diferentes después de todo lo que pasó.

Gracias a mis practicas y entrenamientos, no leer su mente no resulta un esfuerzo. No quiero tener que escuchar algo que no estoy lista para escuchar.

Cuando la rampla del jet se baja al llegar, bajo de las primeras. Sam y Pietro toman a Visión y lo ayudan a bajar. Me quedo a un costado de la rampla mientras todos bajan, cuando me vuelvo hacia la entrada Steve está en mi camino, sus ojos y su cuerpo están en mi dirección y a menos que pase por sobre su cabeza no puedo pasarlo. Así que sin más remedio, lo miro de vuelta.

—Luces... diferente — dice en voz baja, sus ojos recorren mi cabello que está en una larga coleta plateada.

—Tú también — mi voz suena neutral. Aprovecho el desliz para pasar a su lado y seguir mi camino hacia donde nos esperan los demás. Steve no tarda en seguirme el paso a mí lado. Su cercanía me molesta. De algún modo me pica dentro del pecho sin que lo desee. Pero no es un sentimiento bueno, es como si el odio que había aplacado en mi interior, el que creía haber perdonado... estuviera volviéndose loco por una sana explicación.

Así que me alejo antes de que diga alguna cosa de la que me pueda arrepentir y sigo a los demás quedándome al lado de Wanda. Atravesamos el pasillo hacia el ala de reuniones. Rhody está en una reunión holográfica con Ross. Ambos se dan cuenta de que Steve está avanzando hacia ellos y se enfrentan.

—Señor secretario — Steve dice.

—Son audaces — dice acercándose para verlo de cerca — se los reconozco. El mundo está en llamas ¿Crees que todo está perdonado? —Steve permanece estoico, con la mirada endurecida al frente sin quitarle los ojos a Ross.

—Ya no busco perdón — dice — ni pido permiso. La tierra ya perdió a su mejor protector — mi cuerpo se tensa cuando lo veo mirándome de lado, mi cabeza repite una y otra vez Tony, Tony, Tony — Hemos venido a pelear. Si se interpone en nuestro camino, lucharemos con usted.

Ross y Steve se miran fijamente, de manera tensa nadie mueve un musculo. Pero yo me tenso, cuando escucho que se abre una puerta en un pasillo no muy lejos de donde estamos y varios pasos pequeños comienzan a oírse acercar. Rhody quita el holograma de Ross cuando este le dice que arreste al grupo de Steve y se abrazan para saludarse.

—¡Mamiiiiiiii! — la pequeña voz que atraviesa el pasillo del otro lado hace que todos giren la cabeza a ella, que corre directo a mis brazos cuando me acerco — ¡Volviste! — la tomo en brazos y la abrazo con fuerza, entrecierro los ojos y entierro mi rostro en su cabello rubio. Cuando me toma el rostro con sus pequeñas manos, se da cuenta que hay más gente. Tal vez porque lee sus mentes o porque sabe quienes son.

El corazón me da un vuelco cuando ella y Steve se miran desde una distancia no tan lejana.

—¿Eres mamá? — Nat es la primera que habla con la sorpresa bailándole en los ojos.

Tomo una gran bocana de aire antes de responder.

—Sí — le digo, con los ojos en Steve. Él me mira tratando de no lucir demasiado sorprendido, Melody me mira a los ojos.

"¿Es mi papá?" susurra en mi mente. Mi corazón duele. Mi alma llora. Deseo cerrar los ojos y tener a Stephen en frente, verlo poner los ojos en blanco al oír a Melody decirle papá. Quiero salir corriendo y encerrarme en mi propia soledad para llorar. Pero por ella, intento mantenerme serena.

Red Rope  ━ Stephen Strange/Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora