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Elena abrió los ojos, reincorporándose de golpe sobre el sofá en el que estaba recostada. No podía concentrarse entre los latidos de su corazón y los pensamientos de todos los que estaban ahí. Comenzó a respirar agitada, la vista ligeramente nublada mientras intentaba centrarse en alguna cosa que la distrajera.

—Elena — miró a una sombra acercarse, se sentó a su lado y le tomó el rostro. La mente de él no emitía sonidos. No tenía voces.

—Stephen...

—Estoy aquí — dijo él cuando ella se tranquilizó, aplacó las demás voces y los demás sonidos vibrantes y solo se concentró en él.

—Mi hija — murmuró perdida, con un hilo de voz. Casi sin fuerzas.

—Estuvimos buscando, creemos saber donde está — ese había sido Tony, desde no muy lejos sobre una pantalla holográfica, moviendo direcciones, caminos y personas de un lado al otro en fotos — vamos a encontrarla.

Elena parpadeó, sintiendo como el poder dentro de ella cosquilleaba un poco. Pero se detuvo ante el rostro serio y preocupado de Stephen.

—Lo siento Elena, es mi culpa. Yo debí... —.

—No — dijo ella con suavidad, devolviéndole el toque en el rostro con sus dedos — nada de esto es tu culpa. Yo solo... debí tener más cuidado, fui demasiado... distraída.

—No te culpes cariño — susurró Pepper a su lado, inclinándose para darle una taza de te humeante y darle un beso en la cabeza — no es tu culpa ni de nadie.

Los ojos de Elena se humedecieron un poco. Se miraron con Stephen en silencio y él le apretó ligeramente la mano como diciéndole de nuevo que "estaba ahí".

—Bien — Tony guardó algo en su teléfono y se tocó el pecho un par de veces hasta hacer aparecer su típica armadura — estamos listos ¿Cómo procedemos Doc? Tú sabes sobre este terreno.

Stephen apoyó un codo sobre la pierna y dos dedos presionó en medio de su frente con los ojos cerrados. Pepper se sentó junto a Elena al otro lado, sobándole la espalda mientras ella sostenía la taza entre sus manos sin mirar un punto fijo en realidad.

Wanda estaba detrás de ella, comiéndose las uñas por la ansiedad de salir a cazar a ese hijo de puta de Mordo.

—Tú, Wanda y Visión deben ir al Hux, esperar la señal. Wong y yo iremos al este de la ciudad cerca del bosque. Esa cabaña, puede que sea una trampa. No procedan antes sin esperar la maldita señal — Stephen suspiró frustrado con los ojos cerrados y se levantó en silencio abriendo los ojos — no solo es la sensación de querer aplastar a Mordo, recuerden que hay una bebé en peligro.

—La misión es rescatarla y luego matar al mago malo — dijo Tony.

Aunque Stephen rodó los ojos, asintió.

—Bien — se puso su anillo para abrir un portal mientras Wong abría otro portal para Tony y los demás. Pero Stephen permaneció de pie junto a Elena mientras Tony estaba a punto de poner un pie dentro del portal, como si estuviera esperando a que ella hablara.

—Yo iré también iré — la voz de Elena se dispersó como corrientes eléctricas por todo el cuerpo de Tony, quien se tensó y se giró a verla como si hubiera dicho una desfachatez.

—Oh no — dijo él tratando de sonar lo menos invasivo posible — estaremos bien, tú solo, necesitas descansar.

—No hagas esto — ella se levantó, dio varios pasos dejando a Stephen atrás.

—¿Hacer qué?

—Tratarme como si fuera de vidrio. Como si no fuera capaz de hacer alguna cosa. Como él me trataba — silencio espeso, tan denso como los ojos de Elena ligeramente oscuros.

Red Rope  ━ Stephen Strange/Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora