Las tres seguimos caminando silenciosamente en acuerdo tácito, era lo mejor que podíamos hacer, era probable que esos hombres solo nos gritaran unas cuantas cosas obscenas y luego se rieran como unos maniáticos borrachos, para después dejarnos en paz.
Sentía mi corazón acelerado haciendo estragos en todo mi cuerpo mientras las chicas y yo nos movilizábamos, si yo tenía miedo, seguramente ellas se sentían mucho peor.
La esperanza de que esto no llegara a mas se desvaneció cuando comenzamos a sentir pasos tras nosotras, enfoqué mis sentidos en los pasos y tras unos segundos me di cuenta de que eran siete hombres y no solo eso, estaban más cerca de lo que había creído. Me tensé cuando sentí un brazo serpentear hasta mi cintura, Sofía y Esmeralda gritaron al unísono porque también las tenían.
Ni siquiera lo pensé, tenía que actuar.
Me giré y tomé el brazo del hombre con fuerza, lo aparté de mí y lo retorcí, este chilló de dolor mientras yo lo ponía de espaldas y le daba con la punta de mi pie en sus omóplatos, haciéndolo caer, no fue muy difícil, debido a que ya estaba tambaleante a causa del alcohol en su sistema.
–Tranquila, nena –vociferó otro hombre–. Solo intentamos ser amigables.
–Ni siquiera he iniciado –respondí.
No tuvo tiempo de analizar mis palabras cuando ya estaba sobre él, con mi mano apuñada le di en la mandíbula, otros dos se acercaron, uno tenía una navaja y se la quité fácilmente retorciendo su muñeca con fuerza, lo lancé y cayó en los brazos del que venía atrás, haciéndolos caer juntos debido a su alto estado de ebriedad.
Corrí hasta Esmeralda, se retorcía en los brazos de dos tipos, le arranqué a uno jalándolo desde la espalda y lo lancé con fuerza al suelo, el otro que la sujetaba miró a su alrededor y reparó en todo lo que había hecho así que simplemente comenzó a correr lejos de nosotras, muy listo.
Me aproximé a Sofía la cual ya estaba un poco aparte del lugar donde inició todo, alejé al hombre que la tenía y le di con mi antebrazo en la cara, dio unos pasos atrás debido a la fuerza del impacto, pero me acerqué a él para propinarle una patada en la cabeza que logró que sangrara, cayó al suelo antes de que pudiera hacer otra cosa.
Miré lo que había hecho y fue como noté que había logrado acabar rápidamente con los siete. Pasé la parte trasera de mi mano por mi frente para secarme el sudor, respiraba con dificultad y apoyé mis manos sobre mis muslos, intentando recuperar el aliento.
Éramos tres chicas solas en medio de la noche, pero yo era una especie de súper guerrera ¿Qué era lo peor que nos podía pasar? Yo era capaz de vencer a un puñado de hombres con una sola mano y aunque no quería mostrar mis habilidades de combate con las chicas viéndome, ya lo había hecho.
Los brazos de Sofía me rodearon, seguidos por los de Esmeralda, y no pude hacer menos que corresponderles, nos fundimos las tres en un cálido abrazo, en medio de la noche, solo se escuchan respiraciones aceleradas y los pequeños sollozos de Sofía.
Sin duda había hecho lo correcto, sin importar si obtendría un una lluvia de preguntas después.
Cuando regresamos a la casa, ninguna tenía ánimo para una película de terror, así que nos pusimos la ropa vieja de Sofía, y nos acurrucamos las tres entre las mantas y almohadas de la sala.
–Perdóname por haber sido una mala amiga –dijo Esmeralda–. Nos salvaste, Mar.
–No fue nada –la abracé, intentando infundirle valor–. Ya estamos a salvo.
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Atrapada entre sueños
FantasyDespués de que Mar descubriera que no pertenece al mundo en el que siempre vivió los problemas comienzan a aparecer y deberá tomar duras decisiones que la hagan sellar su destino.