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     El día once fui llamada para una reunión, en ella estaban Yera, que era la que mantenía el flujo de información fuera y dentro del recinto, también estaban Charles y León, poco después Corvel también llegó y los directivos se dispusieron a comenzar.

–Para comenzar, Margot –dijo Charles–. Al igual que ya hicimos con el resto de tus acompañantes en la intrépida travesía que tuvo lugar hace poco más de una semana, queremos felicitarte, por tu increíble valentía y porque sé que el propósito de la misión se cumplió a pesar de los grandes altercados ocurridos, tanto tú como las personas que tomaron parte en el viaje son ejemplos de tenacidad y destreza, felicidades, Margot, todo Delidio tiene una deuda contigo.

–Gracias –no oculté mi satisfacción–. Significó mucho para mí liberar a todas aquellas almas del tormento en el que estaban.

–Apuesto a que sí, tengo entendido que todos ustedes tuvieron el honor de hablar con la madre tierra, Gea, algunos obtuvieron algunas piezas de importante información y según el General Corvel, Gea le informó que fuiste tú quien mantuvo la conversación más larga, nos encantaría saber qué fue lo que averiguaste.

– ¿Gea es confiable? –Pregunté.

–Es una Deidad, por lo que puede llegar a ser muy voluble –me respondió León–. Pero de no ser por ella no estarías aquí en este momento, los salvó a todos, así que supongo que sí, de momento podemos darle el beneficio de analizar lo que dijo creyendo en la posibilidad de que sea cierto.

–De acuerdo –suspiré–. Divagamos mucho en la conversación que tuvimos, pero les puedo decir cosas que sé que son importantes y delicadas.

–Adelante.

–Hay dioses que observan constantemente, sobre todo a mí –suspiré–. Ellos tienen sus poderes limitados en Delidio pero están al tanto de lo que sucede y de quien soy, que soy la elegida de la profecía de Oriol, Alicia tiene una especie de trato en el que Afrodita y Morfeo se comprometieron a acabar conmigo... hablando de ellos, ni siquiera sabía que existían.

–Existen –dijo León–. Pero no volverás al inframundo por lo que no tienes que preocuparte por ellos nunca más.

–Eso fue lo que Gea me dijo, pero no estoy segura, el punto es que me dijo que como el plan de atraparme de Alicia había fracasado, probablemente encontraría otra manera de acabarme, me dijo además que Héctor había sobrevivido al ataque que hubo el día del juicio –me trabé y tomé aire, luego tomé el vaso con agua que había frente a mí y bebí un sorbo–. Lamento profundamente decir esto, pero las aberraciones saben quién soy, el secreto de Oriol ya no existe, saben que soy la elegida.

–Lo sabemos, Margot –dijo Charles con tranquilidad. Me quedé quieta–. Hicimos un chequeo de las bajas aquel día, Héctor Bennett no estaba entre ellas, por lo que pudimos suponer que las aberraciones ya estaban enteradas de quien eres.

Mi respiración se atascó.

Ay no.

– ¡¿Cómo?! Lo sabían y me hicieron creer que estaba a salvo ¡Todo este tiempo que estuve viviendo en Wallville pude ser atacada! ¡Pudieron matarme! –Me levanté–. ¡¿Qué nadie pudo decírmelo?!

–Siéntate, Margot. -su voz fue tajante. 

–Estuve tanto tiempo corriendo peligro y ustedes no pudieron decirme que las aberraciones sabían quién soy –me sentía traicionada–. Confié en ustedes.

–Tranquilízate, estuviste siendo vigilada mientras estabas en Wallville, tal vez no te diste cuenta pero nunca tuvimos la intención de dejarte en la boca del lobo.

Atrapada entre sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora