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Mi doble tomó un óbolo, se disculpó diciendo que tenía que salir para respirar aire fresco, por un momento temí que fingiera ser yo, luego recordé que no tenía una reputación para cuidar en Delidio, nadie me conocía, además, Cameron me había dicho que ellos no pueden salir de los límites del cementerio, no tenía ni idea de que se alimentarían ellos mientras estuvieran así, pero ese ya no era mi problema, por mi podían comer las asquerosas bellotas.

Ojalá no tuviera que  irse.

Escuché la voz de Cameron con un toque de nostalgia en mi cabeza mientras mi doble se marchaba, se estaba burlando de mi o eso creí porque cuando volteé a verlo, incluso se miraba abatido.

Mi sangre hirvió.

Estaba muy celosa de mi misma, por extraño que parezca y todo eso se lo diría en el momento apropiado.

Esperé con la paciencia que me quedaba a que los demás cambiaran su forma corpórea, pero no podía escuchar los cantos que sabía que sus respectivos dobles estaban entonando.

– ¿Ven la pared de allá? –Corvel la señalo, una vez que todo habíamos terminado de cambiar–. La que no tiene raíces entre la tierra, quiero que la atraviesen.

– ¿Seguiremos atravesando cosas por siempre? –Preguntó Micha.

–No, nuestros cuerpos son ahora espirituales, al igual que todo lo que compone al inframundo, cuando estemos ahí, podremos tocar las cosas... ahora, crucen.

Atravesar una pared iba en contra de todos mis razonamientos, pero ahora que los dobles se habían llevado nuestras formas físicas y no había algún cuerpo humano en el lugar, la luz se iba desvaneciendo, así que el tiempo apremiaba, después de que Micha atravesara, me animé, tomé aire y di un paso hacia la pared, en vez de chocar contra esta llegué hasta un pasillo que conducía hacia abajo, noté que era una entrada muy conveniente hacia el inframundo, ya que alguien en su cuerpo normal no podría atravesar la pared. No tardaron mucho en aparecer los demás.

–Hay que apresurarnos, la iluminación de nuestra energía no durará para siempre –dijo Corvel cuando recién atravesó.

Avanzamos por el pasillo sin esperar a Christopher y Cameron, pero ellos llegaron justo después, el pasillo iba más inclinado hacia abajo entre más caminábamos y también se ampliaba más, comencé a escuchar sonidos, como de búhos, pero con un eco bastante largo, mentiría diciendo que no estaba asustada, pero tener aquí a cuatro miembros de la guardia era tranquilizador, Micha y yo, que íbamos al frente nos detuvimos cuando nos topamos con un lago, no había más camino, ahí terminaba todo.

Intenté ver mas al fondo, pero hasta donde alcanzaba mi vista, sólo se miraba el profundo lago.

–Este es el primer lago de muchos y la última barrera antes de llegar oficialmente al inframundo –dijo Cameron a mis espaldas. Me giré–. Sé de antemano que todos los miembros de la guardia saben nadar y necesito que todos entren en él, sumérjanse, vayan tan profundo como puedan y una vez que lo hagan encontraran una superficie seca, entraran allí, entonces, el verdadero viaje comenzará.

Según mi razonamiento era imposible encontrar una superficie seca al fondo de un lago, pero por supuesto que nada era razonable.

–Capitán Bennett, no creo que eso sea una buena idea –Christopher estaba cerca de él–. No sabemos qué tan profundo es el lago, nos podemos ahogar.

–Con la nueva forma de tu cuerpo no necesitas respirar, lo haces por costumbre –le aclaró y luego habló más alto–. Mantengan los ojos abiertos y no pierdan el enfoque de que es arriba y abajo.

Atrapada entre sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora