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¿Qué haces cuanto te sientes perdido?

Corría por inercia, porque me sentía en estado de shock, no podía procesar todo lo que estaba pasando.

Recuerdos de cuando perdí a Eider llegaban a mi mente, ese día se mantenía como una sombra nebulosa en mi cabeza, todo nublado porque mi corazón y pensamientos se habían cerrado a recordar, ya no podía analizar o imaginar que había sentido justo en el momento que me di cuenta que no él sobreviviría, era como si mis recuerdos o mi mente hubieran abandonado mi cuerpo.

Un shock total. 

Probablemente mi cabeza había quedado dañada.

      Es curioso cómo funcionamos las personas, hacía solo unos instantes me sentía con miedo y desesperada por haberme quedado completamente sola en el inframundo, ahora ya nada de eso importaba, todo mi sistema reinició, dejó de importar cualquier padecimiento y comenzó a funcionar por un solo objetivo, llegar hasta el grito angustioso de Cameron.

Mi mente se aclaró un poco, como si saliera del estado de shock para entrar en modo supervivencia, debía estar alerta, mi cuerpo debía vivir esta realidad.

Corrí como sabía que jamás había corrido y oía sus gritos cada vez más bajos, con sus cuerdas bucales cada vez más destrozadas, él estaba cada vez más muerto y yo estaba cada vez más cerca de encontrar la sombra del hombre que fue.

Tú no, Cameron.

Por favor no me dejes, por favor.

No quería perder a Cameron, no quería perder a nadie más, pero en mi interior sabía que no podría salvarlo, corría para estar junto a él en sus últimos momentos de vida, sabía perfecto que eso era todo lo que podía darle.

Lo encontré. 

En vez de tener miedo y retroceder, me acerqué. 

Parecía estar sentado con su espalda recargada a un árbol, pero estaba atado a este, su cabeza estaba caída hacia abajo como si no pudiera soportar el peso de ella, seguí avanzando para acercarme aún mas, las lágrimas andaban como raudales en mi rostro, lloraba porque su dolor se había convertido en mi dolor desde el momento en que me enamoré de él.

Cuando llegué me deje caer frente a él, los alaridos de dolor seguían saliendo de su cuerpo, sólo estaba vestido de la cintura para abajo, miré sus manos, dedos habían sido arrancados.

Mi Cameron, cuanto dolor estaba padeciendo. 

No le dije nada, lloré en silencio con el corazón desgarrado, un santuario se había formado después de tantos gritos, donde era solo él a quién había escuchado.

¿Quién le causo esto a mi amor?

Su abdomen tenía la herida más grande que jamás había visto, había mucha sangre a su alrededor, su piel estaba pálida y sabía suficiente sobre heridas como para saber que, aunque tuviera una alta tecnología a mi disposición era imposible curarse de una como la suya.

Moriría en minutos, si tenía suerte.

Sus ojos estaban perdidos, como si ya no pudiera ver nada, su mirada desenfocada.

–Cameron –mi voz quebrada.

Intentó levantar su cabeza ante el sonido de mi voz, como si por fin hubiera reconocido que era yo quien estaba ahí, pero su cabeza cayó de nuevo, no tenía fuerza y los gritos habían cesado.

Por intentar salvar a Cameron perdí a Eider, por intentar salvar a Eider perdería a Cameron. 

¿Hasta cuando iba a seguir destruyendo a todas las personas que quería?

Atrapada entre sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora