Era el dios del sueño.
Se estaba burlando de mi.
Engaño. La palabra viajó por cada rincón de mi mente.
Sabotaje.
Esto era una trampa.
Eider nunca llamó en mis sueños, todo este tiempo había sido Morfeo quién lo hizo.
– ¿Qué es lo que quieres? –preguntó Corvel, su voz tensa, lleno de miedo.
También yo estaba tensa, probablemente los demás igual, Morfeo que en un principio parecía sereno ahora se miraba amenazador.
–Quiero a la chica, entréguenmela y los demás se van tranquilos.
–No hay manera –gruñó Cameron, se movió lento hasta que sentí su mano presionando mi espalda baja.
Éramos cuatro miembros de la guardia, diez subyugados y una chica de diecisiete años contra el dios del sueño, las posibilidades de vencer no sonaban bien en mi cabeza, no tenía ni idea de que habilidades podía tener Morfeo.
– ¿Qué me harás? –pregunté y la mano de Cameron se tensó en mi espalda, no le gustó que preguntara eso.
–No tengo nada en tu contra –dijo con calma–. Podría encerrarte en el tártaro si quisiera, pero en cambio te haré dormir por siempre, prometo que siempre serán sueños dulces.
¿Me haría dormir por siempre? ¿Eso no era como estar muerta? Tragué saliva, podría hacerme la valiente y entregarme a mí misma, pero sabía que mis compañeros se opondrían, además, contaban conmigo en Delidio, había terminado de decepcionar a las personas cuando me fui de mi hogar, no más.
–Dudo mucho que nos hayas hecho venir hasta aquí solo para dormirme –le dije con una calma que no sentía–. Como dios del sueño creo que pudiste haberme hecho dormir en cualquier lado.
Mi mente iba a mil por hora.
Estaba haciendo tiempo mientras pensaba en un plan de ataque, tal vez podría enviar a los subyugados a combatir primero para saber que tan fuerte era... o enviar a uno de ellos a buscar a Afrodita, por si acaso nos atrapaba, tal vez la diosa podría hacer un plan para ayudar.
El dios comenzó a reír nuevamente, pero esta vez la risa era amarga, estaba carente del humor que había tenido al principio.
–Fui condenado a vivir en el tártaro –nos dijo–. Mi estatus como dios me da el privilegio de poder salir de las rejas y miseria, pero es un vivir en los límites del tártaro para mí y mi condena hace que la mayoría mis poderes se limiten solo al tártaro.
Oculté mi sonrisa, el plan de escape surgió inmediatamente después de su comentario.
Chicos, no nos puede hacer nada fuera del tártaro, ni puede salir de aquí, corramos hasta la zona oscura. Les dije con telepatía, fui cuidadosa al transmitir solo el mensaje a mis compañeros, pero de igual manera miré fijamente a Morfeo, él no cambió su expresión, parecía no haber captado el mensaje.
Mantenlo hablando, Margot, les diré cuando sea el momento de correr. Nos informó Corvel.
Él no podría detenernos a todos a la vez.
–Ya entrabas en mis sueños fuera de aquí –le recordé– ¿por qué no me mantuviste dormida?
–No es lo mismo entrar en sueños, que mantener tu cuerpo en ese estado, tu cuerpo seguia siendo gobernado por ti. En cambio, estando aquí, sin la interferencia del espacio, claro que puedo usar ese poder contigo.
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Atrapada entre sueños
FantasyDespués de que Mar descubriera que no pertenece al mundo en el que siempre vivió los problemas comienzan a aparecer y deberá tomar duras decisiones que la hagan sellar su destino.