Parecía que la protección del suéter había dejado de tener efecto, desde el pecho para arriba tenía mucho frio y debajo de eso mi cuerpo se sentía caliente, el suelo estaba llenó de plantas bajas, zarzas, arbustos y pastizales secos estaban por todos lados, el suelo estaba agrietado y seco, la tierra se movía por todos, lados la iluminación era de un tono anaranjado y brillante, aunque arriba no había nada que la pudiera proporcionar, había también rocas de apariencia filosa por todas partes.
Miré hacia adelante y había una desvencijada cerca de alambre de apariencia bastante fragil, parecía que cualquier débil viento podría derrumbarla, pero a la vez sabía que era imposible que callera, ya que esa cerca era la que mantenía presas a las almas del tártaro.
Extrañamente, justo frente a nosotros estaba un portón, como si hubiéramos cruzado en el punto justo, el portón era del mismo débil material que la cerca y luego recordé que los habitantes del inframundo traspasaban metales, entonces no sabía cómo esa cerca podía mantener sujeto a alguien.
Todo se miraba tan antiguo.
El portón tenía un viejo cartel que rezaba lo siguiente:
Η τελική μοίρα του σώματος και το ταξίδι της ψυχής.
Cuando me quedé viendo fijamente la inscripción aquellas palabras comenzaron a modificarse, el texto cambió ante mis ojos a un lenguaje comprensible.
El último destino del cuerpo y el primer viaje del alma.
Después de leerlo me di cuenta de que era lo mismo que decía el cementerio de Delidio.
Que lugar tan solemne, pero la verdad no tenía ni idea de que hacer y tampoco me atrevía a avanzar.
– ¿Dónde creen que encontraremos al guardián? –Murmuró Micha en forma de pregunta.
Su voz funcionó como detonante.
Cientos, tal vez miles o millones de brazos aparecieron entre los huecos de la cerca, todas agitándose descontroladamente.
Al prestarles atención me di cuenta que eran todo tipo de brazos, algunos gordos y otros delgados, casi calavéricos, parecía que se agitaban esperando ser liberados, hacían ruidos horribles al chocar contra el metal y se miraba como se lastimaban mientras se movian.
Al estar atrapados, eran inofensivos, pero la escena era terrible de observar.
Ahogué con mis manos un grito mientras el sufrimiento por aquello me inundó.
Aquellos brazos tenían manos, variaban entre tonalidades de grises y negro, todas ellas destrozadas, algunas con heridas viejas o nuevas, otras combinaciones de ambas, había las que escurrían sangre y otras que tenían las uñas arrancadas o huesos visibles.
Había brazos que simplemente caían inertes entre los huecos, como si tuvieran los huesos rotos y otros estaban tan delgados que la piel se pegaba a los huesos y podías distinguir completamente el contorno de estos.
–Santo Dios –murmuró uno de mis compañeros.
Yo no podía dejar de ver aquella miseria, si no fuera por el shock tal vez me hubiera puesto a llorar.
El sufrimiento permanente no era algo agradable de ver.
Pensé que solo llegaríamos y aquí estaría el guardián esperándonos, entonces le pagaríamos con los óbolos y nos iríamos inmediatamente después, presenciar tanto dolor no era algo que hubiera esperado.
Entonces, como si hubiera escuchado mis pensamientos, luces azules y plateadas comenzaron a aparecer frente al portón, alguien comenzó a materializarse.
Los brazos comenzaron a ocultarse de nuevo entre la cerca, regresando a su lugar de origen, como si se hubieran asustado.
Un contorno comenzó a formarse con la luz plateada mientras la azul servía de fondo. Tragué saliva y sabía que todos estaban mirando. Rasgos faciales comenzaron a formarse hasta que una figura estuvo completamente formada.
Era un anciano de apariencia sabia, su cabeza llena de canas, llevaba una túnica blanca e impoluta atada con una soga dorada, iba descalzo y un suave resplandor azul se expedía de su cuerpo como si este fuera una lámpara.
No tuve miedo, solo lo observé.
Nos miró a cada uno y después habló.
– ¿A que vinieron, viajeros? –Su voz no sonó enojada ni amable, simplemente normal, la voz mas neutral posible.
Definitivamente era el guardián.
Antes de que alguien más lo hiciera decidí hablar yo, incliné la cabeza en respeto antes de hacerlo.
–Queríamos pagarle, con óbolos a cambio de que liberara a las almas inocentes del tártaro –dudé un segundo y luego agregué–. Señor.
– ¿Por qué afirmas que hay almas inocentes aquí? –De nuevo su voz era neutral, nada de ofensa, ningún acento, solo preguntas.
–Porque soñé durante varias noches con un familiar que me pedía que lo rescatara de aquí –me apresuré en responder.
– ¿Cómo sabes que era tu familiar con el que soñabas? ¿Cómo sabes que no era una ilusión o una trampa? –Aquellas preguntas fueron calmadas, sentí que él ya sabía la respuesta, pero estaba probándome.
Definitivamente era un hombre muy sabio.
–Lo sé, señor, pude sentir su desesperación y como de verdad me necesitaba –mi voz se quebró–. El realmente se estaba comunicando conmigo a través de mis sueños, pero cada vez tenía menos energía, este lugar lo consumía.
Él me miró durante unos segundos, una pequeña sonrisa apareció, luego la sonrisa se transformó en carcajada. Fruncí el ceño.
–La ingenuidad de los humanos no deja de sorprenderme, me presentaré ante ti, Margot Grigori –se rió de nuevo–. Soy Morfeo, dios del sueño.
...
Formen sus propias conclusiones.
Feliz año a todos mis hermosos lectores, espero que sigamos este año juntos y que tengan mucha salud y bendiciones ustedes y sus familias. El capítulo es corto pero no podía revelar mas, esta semana les traeré otra actualización, pero será muy pequeña, tal vez la suba el jueves o el viernes.
Que tengan una hermosa semana.
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Atrapada entre sueños
FantasyDespués de que Mar descubriera que no pertenece al mundo en el que siempre vivió los problemas comienzan a aparecer y deberá tomar duras decisiones que la hagan sellar su destino.