25

658 117 41
                                    


Dormí placidamente a pesar de que me tocaba vigilar, no desperté para nada, todo fue descanso total, cuando nuestro turno terminó Cameron me despertó delicadamente para que pudieramos seder las poscición estratégica a los siguientes en vigilar. Su manera de despertarme fue hablándome palabras dulces en voz baja, que solo él y yo pudiéramos escuchar. 

      –Despierta, preciosa  –lo escuché en un murmullo junto a un beso depositado en mi frente.

Aún estaba en sus brazos cuando abrí mis ojos, mi corazón sintió mucha alegría, me sentí queriday reconrfortada. 

sabía que él había velado mi sueño y estaba segura que fue eso lo que me permitió dormir con tanta tranquilidad, aún de manera inconsciente el estar en sus brazos me había dado seguridad.

No permitió que nadie comentara nada malo sobre mi encontrándome dormida mientras no debía, alegó que aún me encontraba debil por lo que pasó con las Driadas, el había vigilado por los dos.

Así pues, me levanté para permitirle a él hacer lo mismo y nos dirigimos hacia donde Corvel estaba descansando. Una vez que estuve sola, dispuesta para dormir de nuevo, batallé para conciliar el sueño, una parte de mi se encontraba emocionada como la adolescente que era por lo que acababa de vivir con Cameron, él me escuchó, secó mis lágrimas, me consoló por todo lo que había pasado y me permitió dormir en sus brazos. 

¿Quién diría que en el inframundo podian pasar cosas buenas?

Nos sentí mas unidos que nunca.

...

      Me puse mi suéter cuando reanudamos la caminata, había disfrutado de los toques del viento sobre mi piel, pero no quería tener que cargar con la prenda de vestir si no la llevaba puesta.

Avanzábamos con mucha más ligereza, gracias al descanso que habíamos tenido. Me sujeté mi cabello en un moño flojo.

Recordaba lo que había pasado con Cameron y sabía que se me formaba una sonrisa de tonta, lo quería demasiado, cada vez mas. 

Después de lo que parecieron horas de caminata, comenzamos a entrar a un terreno fértil, a pesar de que no teníamos idea sobre el tiempo o las horas el lugar daba la sensación de que acababa de amanecer, estaba lleno de sonidos de animales que no podía ver y ríos por todos lados.

Algunos ríos enormes y otros tan pequeños que pasábamos sobre ellos, pisándolos sin mayor problema. De pronto, Mi cabeza comenzó a punzar, volteé hacia los demás para asegurarme de que no fuera un efecto secundario del lugar donde estábamos, pero nadie parecía afectado.

Tal vez era cosa mía. 

Recordé a Caronte transmitiéndome el pensamiento de que sabían que vendría e intentarían mantenerme en el inframundo para siempre, también me dijo que habría aliados, hasta el momento no me había topado con otro aliado además del barquero, pero si enemigos como las terribles Driadas.

Suspiré. Respiraba por costumbre y nada más, ya que no necesitaba consumir oxígeno, ni siquiera estaba segura de que aquí hubiera oxígeno, tampoco necesitaba comer, todo aquí se trataba sobre absorber energía. Miré hacia mis manos, me parecian irreconocibles, estaban sucias y llenas de cortes.

–Creo que deberíamos detenernos para lavarnos un poco –le dije a nadie en particular.

–No sé si el agua de estos ríos sea segura –respondió Corvel.

–Hemos pisado ya varios causes pequeños y nada ha pasado, además no beberemos de ellos.

–Ella tiene un punto –dijo Cristopher–. Si algo fuera a pasar, ya lo habría hecho.

Atrapada entre sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora