8

914 199 19
                                    

–Cuidado con eso –advirtió Eider.

Me aparté del camino, esquivando por poco un montón de matorrales que estaba próximo a mi calzada cuando me aseguré de que no pisaría ninguno le dirigí una mirada a Eider y le sonreí, él me sonrió en respuesta.

Marcus, Eider y yo, llevábamos aproximdamente cuatro horas avanzando en terreno neutral. ¿Cómo llegamos hasta aquí? Durante la mañana salí de mi casa lo más silenciosamente posible, los chicos habían cumplido con su parte del trato de llegar hasta Wallville, del portal de Wallville nos transportamos a los límites de nuestro territorio para después entrar a terreno neutral, recordando que los portales sólo nos podían transportar dentro de nuestro territorio, el resto era historia.

Esperaba que aún no se hubieran dado cuenta de nuestra ausencia, estaba completamente segura de que los directivos enviarían a exploradores de la guardia para buscarme, así que queríamos avanzar la mayor distancia posible, los chicos y yo avanzábamos de manera rápida y no nos habíamos detenido a desayunar, cada uno había comido un par de manzanas mientras caminábamos.

Conforme avanzaba podía sentir el tamaño de un cuchillo afilado descansaba en el cinturón que llevaba puesto.

A diferencia de la primera vez que vine aquí, no me sentía cansada, tenía una mejor condición física, algo que le tenía que agradecer a Corvel, pero pensaba que no era suficiente. Estábamos en una carrera contrarreloj, tomando en cuenta la situación de Cameron y que claramente enviarían a personas a buscarnos, más específicamente, a buscarme a mí, no sacrificarían a varios hombres para salvar a uno sólo que se había ido por su propia voluntad, pero yo era demasiado valiosa para ellos.

– ¿Les cuento algo? –preguntó Marcus.

–Claro –respondí.

Pasé mi mano por mi frente para apartar las gotitas de sudor que se habían formado.

–Ya había estado en terreno neutral antes.

– ¿En serio? Entonces creo que Eider es el único que no ha estado aquí.

Volteé a verlo y el asintió para corroborar mi comentario.

–Si –continuó Marcus–. La formación en nuestras escuelas incluye aprender la ubicación de las zonas de terreno neutral, pero como formo parte de la guardia, también tuve que venir aquí personalmente.

–Claro –respondió Eider–. Necesitan de una formación más exhaustiva.

– ¿Enseñarles el mapa de terreno neutral en sus escuelas? ¿Eso no fomenta que viajen hasta aquí?

–No cuando te muestran todos los peligros que existen, el punto es que, vinimos aquí sin provisiones –ante mi mirada de asombro, Marcus continuó–. Tuvimos que cazar animales, quitarles la piel y luego asarlos en fogatas improvisadas para subsistir.

– ¿Por qué vendrían sin provisiones? –Pregunté.

–Porque los miembros de la guardia tenemos que estar listos para cualquier situación, vivimos con la amenaza de guerra, cualquier momento podemos quedar sin nada más que la naturaleza para protegernos –me miró mientras caminábamos–. Me sorprende que a ti no te hayan dado clases de supervivencia.

–Tal vez las tenían programadas para más adelante –esperaba lograr averiguarlo, me torturaba la idea de no poder regresar de aquí.

–Tal vez –respondió en acuerdo.

La conversación murió durante unos minutos y como hablar nos había servido como distractor de la situación, comencé a contarles la historia de cómo descubrí que era la elegida, sin mencionar el diario, claro.

Atrapada entre sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora