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Yo corría, a toda prisa, huyendo de aquellas hojas como navajas que laceraban mi cuerpo.

Hacía lo posible por protegerme el rostro, pero sin exponer las manos y sin dejar de ver para no chocar con los árboles, así que corría con la cabeza gacha. 

Miles de hojas se cruzaban en el camino, formando una maraña de extrañas e increíbles armas, sentía comezón en distintas partes de mi cara y cuello y lo único en lo que podía pensar era en no apartarme del grupo mientras huíamos, no podía perderme aquí, mi prioridad debía ser mantenerme con ellos a como diera lugar. 

Por el rabillo del ojo capté manchas rojas en mis manos, había sido cortada con el increíble filo de aquellas pequeñas armas.

Todos corríamos, luchando por salir pronto de donde nos encontrábamos, escuché unos cuantos gritos de Micha sugiriendo que le dolía, yo sentía un dolor punzante en la mejilla donde una hoja me había alcanzado a dar de lleno, pero el único sonido que emití fue un jadeo que se perdió con el sonido del inmensurable viento.

Se me dificultaba mucho mantener los ojos abiertos debido a la molestia del soplo de los árboles que ahora se movían escabrosamente, lagrimas picaban mis ojos y mientras más corría, mas me dañaban las hojas y sentía más puntos de dolor en diferentes partes de mi piel expuesta. El viento en diferentes direcciones era un grave problema, por una parte, avanzábamos más lento y por la otra los pinchazos venían desde lugares impredecibles.

Estaba mirando hacia abajo mientras corría para no chocar con algo, pero de la nada, en un lugar donde el suelo era plano, una enorme raíz creció de un árbol frente a mí. Creció de la nada tan rápido que no tuve tiempo de apartarme, me caí de cara al suelo, y un débil murmullo se escuchó, proveniente de las hojas que nos azotaban.

Las hojas hacían sonidos humanoides de nuevo. 

Era tanta la impresión y el susto que no podía levantarme, todo mi cuerpo estaba temblando.

Nos has despertado, niña bautizada como Margot, ahora paga las consecuencias.

Escuché a Cameron gritar mi nombre con una voz de terror total. Él también había escuchado las voces.

El suelo se abrió y comencé a caer.

...

Comencé a caer dentro de la tierra, me deslizaba sobre una ladera inclinada hundiéndome mas y mas. 

La caída continuaba y a mis ojos se les dificultaba ver porque todo se había vuelto más oscuro. Con mis dos manos alcancé a tomar una gruesa raíz para frenar mi caída, apoyé mis pies en la superficie y me sostuve, mis manos rasgándose con la rugosa raíz, creando heridas sobre los cortes ya hechos por las hojas, mientras me sostenía miré hacia arriba buscando como salir de aquí, tierra caía de la ladera, me entró a los ojos provocando que salieran lagrimas así que los cerré.

Escuché que Cameron me llamaba desde el exterior, esta ves era un grito a todo pulmón y no un intento de telepatía.

– ¡Mar! Escúchame, amor, vamos a sacarte –su voz sonó lejana.

Ahora que me había sostenido ya no estaba cayendo y que tenía mejor sentido de ubicación, logré dirigir un mensaje de telepatía.

Cuídense de las hojas. Dirigí el mensaje sólo a la mente de Cameron.

Dejaron de lastimarnos.

Tenía miedo de resbalarme de donde me estaba sosteniendo y continuar cayendo, pero tenía que ponerme en acción.

Atrapada entre sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora