capitulo 26

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Una semana en la que la tensión desbordaba en el harem y mucho más después de que una concubina de las que le bailo al sultán se convirtiera en favorita.

Esmeray salió a caminar por el jardín privado disfrutando del lindo día que hacía, cuando se cruzó a Fahriye.

—Sultana —esmeray hizo una reverencia.

—Hatun.

—Kadin —la corrigió Esmeray.

—Que —le pregunto Fahriye con una ceja alzada.

—Haber dado a luz a una sultana me convierte en kadin Fahriye, no soy una hatun —le dijo Esmeray.

—Estas tan confiada de que darás a luz a un principe, sin embargo seguirás dando a luz a niñas por el resto de tu vida —Le aseguro Fahriye.

—Al menos seguiré teniendo hijos, después de lo que pasó no sé si tú eres capaz de cuidar de tus hijos—Se defendió Esmeray.

—a que te refieres—cuestiono fahriye.

—Sabes de que te hablo, que tengas un lindo día Fahriye —se despidió Esmeray y se fue.

Fahriye se quedó viendo cómo Esmeray se iba dejándola con las palabras en la boca.

—Que fue eso —le pregunto Nurten.

—Tome una decisión Nurten, desde hoy voy a ser todo por mis hijos, sin importar si eso me lleva a tener que hacer cosas en su contra o intentar lastimarlas —Le respondió Fahriye.







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—Ferhan algo más —le pregunto Murad.

—No su majestad es todo por hoy—le respondió Ferhan.

—Esta bien, puedes irte —le permitió Murad.

Ferhan asintió, hizo una reverencia y salio de los aposentos dejando a murad.

—Guardias —los llamo Murad.

La puerta de sus aposentos se abrió y un guardia enseguida hizo una reverencia.

—Diganle a Erol aga que traiga a mis hijas, quiero ver a mis sultanas—Le ordenó murad.

—Como ordene su majestad.

El guardia salió y murad estuvo un rato muy corto solo, cuando la puerta se volvió a abrir dejando ver a Erol aga junto a unas criadas.

—Aca están sus hijas su majestad—le dijo Erol aga.

Murad de paro y vio a cuatro criadas, una tenía a Raziye, otra tenía a Rumeysa, otra a Handan y otra a Safiye. El camino para sentarse en su cama y le hizo una seña a dos de las criadas para que le diera a sus hijas mayores.

—Mi Raziye —dijo murad dejando un beso en su cabeza para luego imitar la acción con Rumeysa.—Mi Rumeysa.

—Tiene hijas muy hermosas—las halago Erol aga.

—Lo son Erol, lo son, mis hijas son las sultanas más hermosas de todo el mundo —comento orgulloso murad.







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—Como te encuentras Güzel—le pregunto Hafsa.

—Estoy muy bien mi sultana y usted cómo está —le pregunto Güzel.

—Estoy bien—le dijo Hafsa.

Las dos últimamente solían pasar mucho tiempo juntas, disfrutaban de su compañía.

—Y Safiye —indago Hafsa.

—Su majestad mando a llamar a sus hijas —le explico Güzel.

—Entonces lo más seguro es que mañana quiera pasar tiempo con sus hijos —comento Hafsa.

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