capitulo 36

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Narrador Omnisciente
La tranquilidad reinaba el harem, pero hay quienes dicen que la paz no dura mucho y no estaban errados.

—Hurrem.

—Esmeray.

—Es una lastima que eligieras el bando equivocado —comento Esmeray.

—Te aseguro que no fui yo la que eligió el bando equivocado—aseguro Hurrem.

—Al final siempre se ven las intenciones verdaderas de las personas y cuando ese día llegue veremos quien tenía razón —indico Esmeray.

—Entonces esperar que ese día llegue para demostrarte que yo estaba en mi correcto —le dijo Hurrem.

Ambas se dedicaron una última mirada antes de seguir sus caminos a sus aposentos.

—Aysel, Eylül traigan a los niños iremos a ver a la valide —les ordenó Hurrem.

Sus criadas le hicieron una seña a otra de las criadas y agarraron a los niños para salir detrás de Hurrem.

Al entrar a los aposentos de la madre sultana, Hurrem hizo una reverencia antes de acercarse.

—Mi sultana.

—Hurrem siéntate.

Con una sonrisa en su rostro Hurrem se sentó dónde Gulbahar le había indicado.

—Acerquenme a mis nietos —ordeno Gulbahar.

La valide agarro primero a Handan le dió un beso en su frente y se la dió a Hurrem para luego agarrar a selim.

—Mi príncipe, mi león —susurro Gulbahar para dejar un beso en su frente.

—Hoy se ve explendida mi sultana—la halago Hurrem.

Gulbahar le dedicó una sonrisa a Hurrem que hizo que está agrandará su sonrisa.

—Gracias Hurrem—le agradeció Gulbahar.

—Sultana, me gustaría decirle algo y espero no se lo tome a mal—Hurrem hizo una pausa—. Su majestad hace días que no ve a sus hijos y ellos lo extrañan mucho, yo sé que el sultán está muy ocupado y no quiero que lo tomen a mal.

—No te preocupes Hurrem, yo hablaré con mi hijo, tienes toda la razón mi hijo hace días que no ve ni a tus hijos, ni a los de Fahriye—estuvo de acuerdo a Gulbahar —. En cuanto lo vea hablaré con el querida tu no te preocupes.








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—Su majestad.

—Dime cariño.

—Usted nos ama—le pregunto ella.

—Nurbanu claro que los amo,son mis hijos y tu eres su madre como no los voy a amar —le respondió Murad.

—Es que últimamente usted está muy distante —confeso Nurbanu.

—No es solo contigo cariño, estoy muy ocupado y no eh llamado a nadie en estos días —Le explico murad—. Tu no dudes en venir a verme.

—Papi.

—Dime pequeño.

—Te extrañe mucho.

Una sonrisa se extendió por los rostros de ambos al escuchar a el pequeño Orhan decir eso.

—Yo también te extrañe mi principe, a ti, a tu hermanita y a tu mamá —le aseguro Murad.

—Orhan ve a jugar con kiraz —le indico Nurbanu.

El príncipe siguió las órdenes de su madre y se fue a jugar mientas que murad abrazaba a Nurbanu.

—Estas haciendo un gran trabajo con los niños—murmuro Murad.

Batalla de Sultanas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora