Capítulo 5

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Daniel

Desde que desperté sabia este sería un día terrible, empezando por el maldito dolor de cabeza que no se detuvo ni cuando me levante de la cama. Anoche mis vecinos hicieron una especie de fiesta y la música no se detuvo hasta después de las seis de la mañana, en otras circunstancias no me hubiera molestado porque normalmente no estoy en mi departamento, pero ahora estaba considerando seriamente en hacer un reporte.

Caminé a la cocina para tomar un poco de agua, mi teléfono que se encontraba en la mesa comenzó a vibrar y rodeé los ojos al leer el mensaje.

Frank: Espero que no tengas esa cara de culo que últimamente se te da por poner cada que nos vemos, porque voy para allá.

Volví a dejar el aparato sobre la mesa y me dirigí al baño para ducharme, hoy es día de entrenamiento y realmente no estaba de humor de lidiar con las estupideces de Frank tan temprano.

Al salir de la ducha, tomé la primera camisa que encontré al igual que los primeros jeans que estuvieron a la mano y mis tenis, cuando ya estaba terminando de guardar todo lo que necesitaría para el entrenamiento en la maleta sonó el timbre. Llevé mis cosas hacia el salón y me encaminé a la puerta, como era de esperarse el chico ya estaba aquí.

—Al menos finge que te alegra verme. —dice antes de adentrarse en el departamento.

Frank es alto y me daba la impresión que desde que la última vez que lo vi creció un par de centímetros más, su cabello rubio ya les llegaba a las orejas y desde que decidió dejarse crecer la barba se veía un poco más maduro, usaba una camisa negra con el escudo del equipo, uno pantalones deportivos al igual que su calzado, esta era la segunda vez que estaba en mi departamento desde que me mudé.

—No tengo por qué. —murmuré cerrando la puerta

—Odio decir esto hermano, pero desde que Cami y tu terminaron te ves como una mierda. —dijo sentándose en el sofá.

Realmente es como así me sentía, como una autentica mierda.

—Creo que ya es hora de que la dejes ir por completo.

—No puedo.

—Si puedes, pero no quieres.

—Da lo mismo. —me di la vuelta y tomé mis cosas.

—Daniel. —me llamó como mi padre solía hacerlo para regañarme. —No tiene caso que te tortures, ya pasaron meses.

Ignoré sus palabras y me dirigí a la cocina por mi teléfono.

—Se que odias esta situación, pero entiende que ella no va a volver, esta continuando con su vida y es justo que tú también continúes con la tuya.

Tenía razón, pero no quería hacerlo, no después de todo lo que habíamos pasado... y sé que Frank solo trata de ser un buen amigo, pero no podía jamás amar a alguien como la amo a ella.

—Tenemos que irnos. —le dije tomando mis cosas. —O llegaremos tarde.

Frank soltó un suspiró y se puso de pie para seguirme.

Mi edificio era grande, incluso más que el anterior, Frank quedo impresionado la primera vez que vino y no era para menos, este era un lugar muy exclusivo y elegante, uno de los mejores de la ciudad, contaba con una amplia zona de descanso y una estricto circuito de seguridad, le animé a que viniera a vivirse aquí, pero dijo que esto no era lo suyo así que no se lo discutí, así como tampoco lo hice cuando me subí a su auto y decidí que él sería el que nos llevara al estadio para entrenar.

Como era de esperarse el tráfico estaba horrible y era algo que comenzaba a fastidiarme, sentí que me estaba volviendo un mezquino, pero no podía evitar quejarme de todo, como si lo que me rodeara tuviera la culpa de que Cami me hubiera dejado cuando el único responsable fui yo.

¡Siempre Nuestro! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora