Capítulo 45

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Cami

Mis dedos se deslizaban suavemente entre las hebras negras de su cabello mientras veía el televisor a un volumen moderado, Ian había decidido unirse poco después tomando asiento a mi lado, era un tonto reality pero al menos nos entretenía.

Habían transcurrido un par de horas desde que llegamos del hospital y no me sorprendió que Daniel se quedara dormido en cuanto tuvo oportunidad, se notaba cansado así que continue acariciando su cabello para prolongar su siesta.

Al caer la noche Carolina y Johnny a travesaron la puerta, exhaustos y no dudaron en quitarse los abrigos que aun contaban con restos de nieve.

— ¿Dónde está Oscar? —me apresure en preguntar.

—Se quedó con mamá, va hacer guardia esta noche.

— ¿Lo dejaron?

Asintió y sacudió su brazo al no poder quitarse el abrigo, se había atascado con algo en su blusa así que Johny la ayudó.

— ¿Qué quieren de cenar? No hay tiempo para preparar un pavo o algo por el estilo pero puedo hacer otra cosa.

¿Pavo?

—Eso me recuerda... —Ian se puso de pie, mirándome. —Deberías despertarlo, va a molestarse si no me acompaña.

— ¿A dónde?

—Prometimos ir al cementerio.

Entonces fue que todo tuvo sentido, el pavo, la urgencia de ir al cementerio...es el último día del año, se cumplía otro aniversario de la muerte de su madre. ¡Y yo lo había olvidado! Dios mío ¿Qué rayos pasaba conmigo?

Aparté la mano de su cabeza solo para sacudirlo suavemente por el hombro y le costó dos segundos despertarse alarmado y mirando a todos lados.

—¿Qué pasó? —se giró rápidamente hacia mí. —¿Estas bien?

Sonreí suavemente.

—Estoy bien, pero Ian quiere que lo acompañes a un lugar.

—¿Qué hora es? —trató de buscar el celular en alguno de sus bolsillos pero no lo encontró.

—Son las ocho. —respondió Johnny. —¿Quieres que les dé un aventón? No es seguro que estén caminando entre tanta nieve.

—Y tan tarde, por cómo se ve el cielo parece que se acerca una tormenta. —dijo mi hermana.

Daniel se levantó y talló su rostro con las palmas de sus manos para despertar por completo, me hubiera gustado acompañarlos pero con mi condición sería más una carga que un apoyo.

—Solo iré por mi abrigo y vuelvo. —dijo y corrió escaleras arriba.

Carolina por otra parte se dirigió a la cocina y yo trate de ir tras ella pero al ver las miradas que Ian y Johnny se lanzaban me hizo quedarme en mi lugar por si necesitaba intervenir (aunque no es como si fueran a lanzarse uno contra el otro) pero era claro que ellos tenían cosas que hablar y que por una u otra razón lo estaban evitando.

—Así que...el clima. —dije para calmar la tensión que repentinamente se sentía en el lugar.

Ambos me miraron con extrañeza y les sonreí mostrando todos los dientes.

—Listo. —por suerte Daniel regresó más rápido de lo que creí. —¿Nos vamos?

Johnny asintió volviendo a ponerse su abrigo e Ian hizo lo mismo mientras que Daniel se puso de cuclillas para tomarme las manos y besarlas.

—Te amo, volveré pronto ¿de acuerdo?

Asentí y me incliné para darle un beso en los labios.

—Te amo, ten cuidado.

¡Siempre Nuestro! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora