Capítulo 24

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Cami

No esperaba que estar rodeada por sus brazos me causaran esta paz tan gratificante. Una parte de mi agradecía que dejara de luchar contra mis sentimientos y me rindiera ante todo lo que estar enamorada de Daniel Wilson implicaba.

Recargué mi mejilla contra su pecho y los latidos de su corazón se volvieron más acelerados, todo lo que había dicho antes provocó que el mío se volviera un desastre. No podíamos ser amigos, no después de todo lo que hemos pasado y ambos lo sabíamos, pero que aun así que se arriesgara a mantener solo mi amistad para que no tuviera que sacarlo de mi vida me hizo sentir la chica más afortunada en el mundo.

Seis meses después de nuestra ruptura aquí estábamos, intentándolo otra vez porque nadie jamás me haría sentir como él lo hace y nunca nadie lo amaría como yo lo hago.

Nos equivocamos, ambos cometimos errores, pero ¿Qué no se trata de eso el amor? Aprender una y otra vez, caernos, levantarnos y seguir adelante para construir un fuerte donde nada ni nadie pudiera derribarnos.

—Está comenzando a helar un poco. —susurró solo para nosotros dos.

Aunque para ser honesta con todo el escándalo que estaba dentro del departamento dudaba que alguien pudiera oírnos.

— ¿Deberíamos entrar? —preguntó no muy seguro.

— ¿Quieres hacerlo?

Me atrajo aún más a su pecho.

—No, prefiero quedarme aquí.

Una sonrisa dividió mi rostro y me alegré de que no pudiera verla.

Era tan extraño y tan reconfortante estar a su lado. Encajábamos a la perfección en los brazos del otro y sé que él se sentía de la misma manera porque tampoco mostraba inicios de querer alejarse.

Pasamos unos minutos así, en silencio, compartimos la tranquilidad a nuestro alrededor hasta que alguien abrió la puerta del balcón, provocando que nos alejáramos un poco asustados.

—He... solo venía a avisar que nos vamos. —Kim estaba un poco divertida e incómoda por habernos encontrado así y no supe muy bien porque retrocedí un paso para poner un poco de distancia entre los dos, Daniel lo notó. —Nicole me envió para preguntarte si te querías ir con nosotros.

—Si, solo...

—Te esperamos afuera.

Y se fue cerrando la puerta corrediza.

—Lo siento... no sé porque hice eso. —dije y él pareció tranquilo.

—Está bien, no tienes nada de que disculparte.

—Debería irme a casa. —murmuré caminando hacia la puerta.

—Oye... —su manó tomó la mía provocando que me detuviera, mis ojos se desviaron a la rosa roja tatuada que tenía en el dorso de su mano y sentí una corriente recorrerme por el cuerpo. — ¿Cuándo podré verte otra vez?

—No sé. —alcé la vista a sus ojos marrones. —Tengo trabajo después de clases, pero el viernes por la noche estoy libre.

Su boca se estiró en una sonrisa.

—De acuerdo, entonces es una cita.

Se me aceleró el corazón, aunque sinceramente no creo que haya dejado de estarlo desde entramos al balcón.

— ¿Una cita?

—Solo si tú quieres, claro. —se apresuró a decir y sonreí al verlo nervioso. —No hay prisa.

—Una cita. —asentí y abrí la puerta. —Hasta luego.

Sali del balcón con una sonrisa y fui directo al sofá para tomar mi bolso. Kim, Nicole y Frank ya estaban en la puerta charlando con Ian así que me apresuré a llegar a su lado.

¡Siempre Nuestro! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora