Capítulo 19

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Cami

Recogí mis cosas y las guardé en la mochila antes de colgarla sobre mi hombro y salir de clase. Vi a André recargado en la pared junto a la puerta y se irguió cuando me vio, avanzando conmigo por el pasillo.

—Comment était votre examen? —preguntó en su idioma natal.

« ¿Cómo estuvo tu examen? »

—Facile. —respondí con una sonrisa socarrona.

Había pasado una semana desde la pelea y ahora su nariz ya se encontraba en mejor estado, el moretón ya estaba comenzando a desaparecer y me sentía mejor al notar que ya no había rastro de que le molestara en absoluto.

—Vous êtes devenu un expert maintenant, n'est—ce pas ? —me empujó suavemente con su hombro y me rei entrelazando nuestros brazos.

«Te has convertido en un experta ahora, ¿no es así?» Me gustaba que me hiciera reír.

—Je serai meilleur que toi un jour.

«Seré mejor que tú algún día»

—J'en doute, mais continue d'essayer belle. —me miró de reojo y noté como mi cara comenzó a sentirse caliente. «Lo dudo, pero sigue intentándolo hermosa» — ¿Terminaste todas tus clases?

—Si. —me pasé la mano sutilmente por la cara para que no se notara que me había sonrojado. —Es todo por hoy.

—Bueno, entonces vamos por un café ¿Qué dices?

—Me encantaría. —asentí y juntos partimos a nuestro restaurante favorito.

No usamos su auto como usualmente lo hacíamos, hoy nos apetecía admirar el atardecer y charlar sobre nuestras clases, era inevitable que tuviera esa sensación pulsante de que Daniel aparecería en algún momento, pero Luci me dijo que no lo había visto merodeando por la universidad, además él no tiene idea de que regresé a estudiar así que posiblemente creyó que vine de visita y me convenia que siguiera pensando lo mismo.

Aun tenía mucho que procesar, muchos sentimientos que me hacían confundirme porque a pesar de que terminé todo con él fue imposible que mi corazón no se acelerara al verlo en la fiesta, cuando sus ojos marrones se encontraron con los míos causó que sintiera cosquillas en el estómago y me maldije una y otra vez por no poder hacer que desaparecieran esa malditas mariposas.

— ¿Cami?

André me tomó de la mano y me sacó de mis pensamientos. Estábamos frente al mostrador y ni cuenta me había dado.

— ¿Sí?

— ¿Qué vas a ordenar?

—Un cappuccino de caramelo, por favor.

André ordenó su bebida y luego elegimos un par de donas antes de tomar asiento.

— ¿Estas bien? —preguntó mirándome con extrañeza.

—Si, es solo que... tengo muchas cosas en la cabeza. —dejé la mochila en el suelo. —Pero, no hablemos de mí.

—Es lo que más me gusta hacer. —sonrió y la chica nos trajo nuestras bebidas. – Gracias.

Le di un sorbo a mi café y dejé que me tranquilizara un poco. André hizo lo mismo y noté como sus manos se movían un poco, como si estuviera nervioso.

— ¿Tú estás bien?

— ¿Yo? —bajó su bebida. —Si, es solo que...

— ¿Pasa algo?

¡Siempre Nuestro! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora