Capítulo 32

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Cami

Mi cabeza estaba demasiado atareada como para preocuparme por algo que no fuera regresar el cambio correctamente. Steve, Jenni, Cris, Linda y yo éramos los únicos en turno atendiendo a las miles de personas que creyeron que salir a cenar fuera de casa era una buena idea y no me mal entiendan, no me quejaba por ello porque realmente estaban dejando unas propinas increíbles y eran (en su mayor parte) lo que pagaba mis cuentas, pero aun así era agotador.

—Tenga un buen día. —le sonreí a la mujer frente a mí y vi como enrolló un billete antes de meterlo en nuestro jarrón.

—Al menos están dejando algo. —bufó Steve apareciendo a mi lado. —He estado tan ocupado que no he tenido tiempo ni siquiera de echar un vistazo a los chicos que entran.

— ¿No crees que eso es lo que menos importa en este momento?

—Cariño, nunca es mal momento para un buen taco de ojo.

Sacudí mi cabeza con una sonrisa.

—Cris, el chico nuevo no ha dejado de mirarte. —cambió de tema repentinamente.

Dejé de contar y levanté la mirada hacia él quien se encogió de hombros.

—Le dije que eras una chica con novio y tengo la teoría de que a los chicos hetero les encanta cuando una chica tiene novio, creo que lo toman como un desafío y se esfuerzan más por conseguirlo. —me dio una palmadita en el hombro. —Y si giras ahora mismo hacia la mesa catorce te apuesto que lo encontraras mirándote.

Eso fue exactamente lo que hice y para mi maldita suerte Steve tenía razón, pero Cris apartó la mirada de inmediato.

—Buena suerte tratando de quitarte a esa sanguijuela. —me sonrió Steve antes de tomar un paquete de servilletas.

—No le digas así. —dije aunque demasiado tarde porque ya se había ido.

Continué cobrando por un par de horas más hasta que llegó Lisa, mi jefa y justo como lo esperaba me llamó para ir a su oficina en cuanto terminé mi turno.

Di dos golpes en la puerta antes de entrar.

— ¿Me llamabas? —asomé un poco mi cabeza y ella asintió.

—Si, pasa Cami. —se levantó de su lugar. —Toma asiento.

Eso hice.

—La razón por la que te mandé llamar es para hablar sobre los días que me pediste, los de la próxima semana.

Asentí tratando de mantenerme tranquila. Esta mañana mamá me llamó para preguntarme si seguía en pie los planes de ir a casa para pasar las festividades así que tuve que pedirle un permiso especial a Lisa para que no perder mi trabajo ya que aún no contaba con vacaciones por el corto tiempo que llevaba en el restaurante.

—Estuve revisando y creo que puedo darte unos días, pero no toda la semana como me pediste, verás, estas fechas son en las que más recibimos clientes y no puedo darme el lujo de darte más de cinco días porque te necesito.

—Está bien, entiendo.

—De todos modos traté de juntarte tus descansos para alargarlos un poco, pero es todo lo que puedo hacer.

—Gracias.

— ¿Te vas la próxima semana?

—Si, no te insistiría mucho con el tema pero mi madre me llamó para asegurarse de que iría.

—Si entiendo, no te preocupes. —se levantó nuevamente de su lugar e hice lo mismo. —No quiero entretenerte más, es tarde y ha sido un largo día para todos.

¡Siempre Nuestro! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora