Daniel
—Toma, estas sudando horrible. —dijo Abby y me extendió una pequeña toalla. —Menos mal que el entrenamiento acabó.
Habíamos aterrizado esta mañana en Washington y normalmente no llevaba a Abby conmigo a los viajes de trabajo, pero esta ocasión era diferente, necesitaba su ayuda y sobre todo con la boda muy cerca no podía tener tantas cosas en la cabeza, o permanecía centrado en el partido de mañana o en mi vida personal. A veces odiaba a Vincent porque siempre nos hacía volar uno o dos días antes para entrenar, estaba agotado, necesitaba darme una ducha ya.
—Que considerada. —bromé y por el rabillo del ojo vi que estaba escribiendo en su teléfono. — ¿Hiciste la reservación?
—Claro que sí, ¿Por quién me tomas? Yo hago mi trabajo impecablemente.
Sonreí y le despeiné el cabello rubio que tenía atada en una perfecta coleta.
—Buen trabajo.
—No soy un perro. —la apartó de un manotazo. —Eres peor que mi hermano mayor.
—Lo tomare como un cumplido. —dije sonriendo y señalando los vestidores. —Voy a darme una ducha y cuando vuelva me cuentas de los detalles.
—Si, si anda que apestas. —dijo riendo.
Troté hacia los vestidores y tomé una toalla limpia, la mayoría de los chicos ya estaban en las regaderas y todos estaban ansiosos por irse y disfrutar de la ciudad no era muy común que nos dieran algo de tiempo libre y Frank lo sabía tan bien como yo cuando apareció en mi campo de visión con el cabello rubio mojado y una toalla alrededor de su cintura.
— ¿Sigue en pie la cena?
—Si, iremos saliendo de aquí, Abby apartó el lugar.
—Vale, deja me visto y nos vemos afuera.
Asentí y entré rápidamente a las regaderas, saludé a unos cuantos chicos de camino y me duché lo más rápido que pude, cuando salí ya no había nadie, me vestí usando la misma ropa que tenia cuando entré, camisa negra, jeans oscuros y la gorra del equipo solo que, con la visera hacia atrás, no me vería muy cuerdo poniéndomela hacia delante cuando ya era de noche, tomé mis cosas y me reuní con Abby y Frank que me esperaban cerca del estacionamiento, tomamos un taxi y nos fuimos al restaurante.
—Tiene buenas reseñas y cuatro estrellas es un poco costoso, pero no creo que a ustedes les moleste eso ¿o sí?
Frank y yo nos reímos.
—Si, eso imaginé. —murmuró.
Al llegar lo primero que note es que la fachada era muy pero muy elegante, me sentí mal de haberme traído esta ropa casual pero bueno las celebridades de Hollywood se vestían peor y entraban a estos lugares, Abby dio nuestros nombres y un camarero nos llevó a nuestra mesa que estaba un poco apartada del resto, los murmullos y las charlas de la gente hacían que el lugar no fuera silencioso en absoluto y me resulto hasta un poco reconfortante haber pasado desapercibidos.
Tomamos asiento y de inmediato tomé mi teléfono para enviarle un mensaje a Cami ya que habíamos hablado toda la mañana por mensajes intermitentes porque seguía en clases.
— ¿Daniel?
Aparté la mirada de la pantalla cuando me di cuenta que el menú había llegado. Ordené lo recomendó el camarero que era la especialidad del lugar y antes de volver mi atención a mis acompañantes le deseé las buenas noches por mensaje a mi prometida.
—Bueno, entonces suéltalo, dime que conseguiste. —miré a Abby y de reojo noté que Frank también estaba emocionado por escuchar.
—Primero que nada, necesitaré un aumento de salario por esto, soy la puta ama consiguiendo cosas. —dijo y fruncí el ceño al mismo tiempo que ella estallo en risas. —Estoy bromeando, pero si merezco un puto premio, los cupos estaban muy limitados y te conseguí la reservación.
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¡Siempre Nuestro! (+18)
Teen Fiction》Tercera Temporada de ¡Eres tú! 《 ¿Qué haces cuando tienes que dejar a la persona que amas por haberte roto el corazón? Seguir adelante. Es lo que se repite Cami una y otra vez cada que piensa en él, ahora ha regresado a Denver y ha continuado con s...