Cami
Al día siguiente desperté poco después de las siete de la mañana y tomé una de las camisetas de Daniel que se encontraba en el suelo para levantarme de la cama y preparar el desayuno.
Él seguía plenamente dormido y con una cara angelical que me hizo querer llenarle el rostro de besos, pero me contuve porque realmente quería sorprenderlo así que me dirigí a la cocina y mientras lo hacía observe los cientos de rosas rojas que adornaban el departamento, levanté mis brazos para estirar mi cuerpo que se había movido de maneras increíbles anoche, no sabia que contaba con tanta flexibilidad, até mi cabello con una goma elástica y lavé mis manos para comenzar. Revisé la alacena y la nevera hasta encontrar y tomar todos los ingredientes necesarios, harina para los panqueques, huevo, leche, mantequilla, un poco de fruta para adornarlo y encendí la tostadora, precalenté el sartén y me puse manos a la obra.
Mezcle, batí y me demore al menos unos 30 minutos en tener todo preparado, estaba en los últimos toques cuando vi a Daniel entrar a la cocina en ropa interior, con el cabello revuelto y tallándose su ojo derecho para deshacerse del sueño, yo no pude evitar observar cada parte de su cuerpo, sus bíceps, su torso, sus piernas de futbolista que eran tremendas, joder, definitivamente me había sacado la lotería.
—Creí que seguirías dormido.
— ¿Cómo podría? Huele delicioso. —me rodeó la cintura con sus brazos antes de recargar su mentón en mi hombro. —Buenos días, futura esposa.
Sonreí.
—Buenos días. —giré un poco mi cabeza para besar su mejilla. —Toma asiento, ya terminé.
—Se ve delicioso. —se relamió los labios. —Pero no tanto como lo que comí anoche.
Se me incendiaron las mejillas al recordar todo lo que habíamos hecho.
—Daniel. —lo aparté y comenzó a reírse por mi reacción. —Ya siéntate.
—Amo que te sonrojes. —rio tomando asiento. —Resulta adorable que aun te ruborices cuando digo cosas como esas a pesar de que hemos hecho cosas peores en la cama.
— ¡DANIEL!
Levantó ambas manos, divertido por mi reacción.
—De acuerdo, me callo.
—Si sigues diciendo cosas como esas no te daré el desayuno.
— ¿Y te comerás todo esto tu sola?
—Podría. —me encogí de hombros antes de darme la vuelta y tomar las dos tazas de café que ya había preparado.
— ¿No tenías que estar en los dormitorios temprano? —observó todo tratando de elegir que comer primero.
Preparé huevos revueltos con tiras de tocino, pan tostado y panqueques decorados con un poco de crema batida, fresas y rodajas de plátano.
—Antes de ponerme al corriente con las clases tengo que ir a la oficina de administración para asegurarme que no me hayan quitado la beca.
—No lo harán. —dijo seguro. —No van a arriesgarse a perder a un genio, además si lo hicieran no importa, puedo pagártelo.
Daniel estaba a punto de darle un mordisco al pan tostado, pero se dio cuenta que me había quedado mirándolo en silencio.
— ¿Qué?
—Tenemos que hablar sobre eso.
— ¿Qué cosa? —frunció el ceño sin entender a donde se dirigía la conversación. — ¿Qué dije?
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¡Siempre Nuestro! (+18)
Teen Fiction》Tercera Temporada de ¡Eres tú! 《 ¿Qué haces cuando tienes que dejar a la persona que amas por haberte roto el corazón? Seguir adelante. Es lo que se repite Cami una y otra vez cada que piensa en él, ahora ha regresado a Denver y ha continuado con s...