Capítulo 7

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Cami

Mamá ya no se encontraba a mi lado cuando desperté así que me levanté del sofá para subir a mi habitación y reemplacé el cárdigan por una denim jacket, me cepillé el cabello debido a que lo tenía un poco enredado y bajé para encontrarme con mi familia en la cocina. Mamá tenía el cabello negro en un moño que podía definirse como perfecto ya que no tenía ni una hebra fuera de lugar, tenía puesta una blusa beige de botones que hacían juego con su falda de tubo negra, además los tacones que usaba le proporcionaban más elegancia.

—Buenos días. —me entregó un plato con trocitos de fruta picada. — ¿Dormiste bien?

—Algo. —me senté y por el rabillo del ojo noté a mi hermana en el teléfono.

—Oscar vendrá a recogernos en una hora. —avisó caminando a la estufa, vi que sacó un par de huevos del refrigerador. —Cariño ¿Los quieres revueltos?

—Si, por favor. —respondió Carolina si despegar la vista del aparato.

Ver a mamá en casa ya era algo extraño de por sí, así que verla preparándonos el desayuno lo era aún más. No es que me queje al respecto, pero si echaba de menos esta rutina en las mañanas, ya casi no estaba en casa y su ausencia era notable.

Mamá dejó el plato frente a mi hermana y ella le agradeció antes de bajar el teléfono y comenzar a comer, mamá se quedó de pie allí mirándonos mientras se llevaba un vaso de jugo natural a los labios. Realmente no hablamos mucho, al final cuando terminamos de desayunar Carolina subió a su habitación para arreglarse antes de ir al trabajo y yo opté por ayudarle con los platos sucios.

— ¿Te sientes mejor? ¿Ya no te duele la cabeza?

Me sequé las manos con una toalla de papel.

—Anoche quiso darme una migraña, pero lo controlé.

— ¿Y no has sangrado? ¿Qué tal tu memoria?

—Todo está bien mamá. —traté de sonreír. —No te preocupes.

Ella suspiró y estaba a punto de decirme algo, pero los golpes en la puerta la hicieron enderezarse y caminar hacia ella, yo la seguí y le sonreí a Oscar cuando apareció al otro lado.

—Hola, mi amor. —le dio un beso rápido en los labios y luego se giró hacia mí. —Hola, Cami.

—Hola.

Él vestía una camisa tipo polo negra y esos jeans oscuros junto al calzado le daban un aire de un civil cualquiera, aunque podías descartar la idea de inmediato al ver la placa policial colgada de su cuello.

— ¿Están listas?

Mamá me miró y yo asentí.

—De acuerdo, entonces es hora de irnos.

Oscar se hizo a un lado para que mamá y yo pudiéramos salir y ya en el exterior noté que el cielo estaba completamente nublado, temí que de un momento a otro se formara una tormenta y eso nos impidiera seguir con los planes de hoy, seguí a mi madre al auto que nos esperaba afuera, no solía ser el que Oscar conducía normalmente, pero me alegré de que pudiéramos pasar desapercibidos por la ciudad.

Él abrió la puerta para mí y mamá tomó asiento de copiloto, me ajusté el cinturón justo cuando Oscar abordo y los nervios se comenzaron a hacer presentes.

—Esta mañana trasladaron a Josh al departamento de policía. —murmuró Oscar mirándome por el espejo retrovisor. —Cuenta con máxima seguridad así que no tienes nada de qué preocuparte.

Asentí, pero mis manos ya estaban pellizcándose unas a otras, los nervios estaban haciendo que sintiera un nudo en el estomagó, cerré los ojos para tranquilizarme, pero el pavor que le tenía era increíble.

¡Siempre Nuestro! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora