Daniel
—Debería tomar un baño. —susurró contra mi mejilla y aproveche para besar su rostro. —Daniel, es enserio, necesito prepararme antes de que bajemos a cenar.
Su risa aceleró mi ritmo cardiaco.
—Por qué mejor no nos quedamos aquí desnudos y abrazados hasta el amanecer.
—Porque tengo frio, estamos sucios y... tengo hambre.
Sonreí y besé su frente antes de levantarme de la cama y ayudarla a hacer lo mismo, mis ojos fueron hacia su mano que se posó en una de sus costillas y trató de ocultar una mueca de dolor en cuanto lo hizo.
— ¿Segura que estas bien?
— ¿Qué? Si, sí. —respondió distraída y envolviendo su cuerpo con una sábana. —Casi no me duele.
—O es que fingiste que no te dolía para que...
—Shhh... —dijo poniendo su dedo índice sobre mis labios. —Ni se te ocurra decirlo.
Me reí y la atrapé sujetándola de la cintura.
—Es eso ¿verdad?
—Voy a darme un baño. —me apartó gentilmente. —Y espero que cuando este de vuelta ya tengas ropa puesta.
—Eres una pequeña pervertida y también mentirosa.
Abrió la puerta y antes de salir me mostró una sonrisa que indiscutiblemente disfruté, joder, de verdad que no podía esperar para casarme con ella.
En cuanto el silencio se hizo presente observé a mi alrededor y por primera vez en días noté lo vacío que se veía su antigua habitación, claramente aquello se debía a que sus cosas se encontraban en la residencia, pero aun así se sentía distinto estar aquí. Aun podía recordar aquella primera noche que entre a su habitación a escondidas ¡Mierda! Parecía que había pasado una eternidad desde aquel momento.
—Listo. —Cami volvió regresándome nuevamente al presente. — ¿Es enserio, Daniel?
— ¿Qué pasa? —baje la vista para buscar algo fuera de lo normal ya que ella no dejaba de verme.
— ¿Solo te pusiste el bóxer?
—Estaba esperando que salieras.
—Bueno, pues entonces es tu turno, ve a ducharte en lo que busco que ponerme.
—Y qué tal si mejor me quedo aquí y veo cómo te vistes. —volví a sentarme en la cama sonriendo como un chico bueno.
Ella puso los ojos en blanco pero estaba divertida por la situación.
—Hablo enserio. —me tomo de la mano y me hizo levantarme. —Ve a ducharte que tenemos que cenar, mañana será un largo día, sobre todo porque tomaras un vuelo.
—Ya te dije que no me interesa ese contrato.
—Si, si, ya hablaremos de eso. —me incito a salir llevándome hasta la puerta. —Toma un baño.
Me empujó por completo y cerró la puerta dejándome fuera de la habitación solo en calzoncillos. Joder, que frio.
—He... —dijo alguien a mi espalda. —Creo que vuelvo luego.
Me di la vuelta cubriéndome con ambas manos y encontrándome a Carolina girándose rápidamente y bajando por las escaleras a toda prisa.
—Joder, maldita suerte... —mascullé corriendo al baño.
Me deshice de la única prenda que tenía puesta cuando estuve en la seguridad de las cuatro paredes y abrí la llave de agua caliente esperando que esta saliera de inmediato, no demoré demasiado así que solo me envolví en una de las toallas que se encontraban cerca y salí hacia el pasillo (claramente asegurándome que no hubiera nadie primero) para entrar a la habitación, al hacerlo vi que Cami ya estaba vestida con un pijama navideño de color rojo lleno de dibujos de renos y árboles de navidad por todos lados.
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¡Siempre Nuestro! (+18)
Teen Fiction》Tercera Temporada de ¡Eres tú! 《 ¿Qué haces cuando tienes que dejar a la persona que amas por haberte roto el corazón? Seguir adelante. Es lo que se repite Cami una y otra vez cada que piensa en él, ahora ha regresado a Denver y ha continuado con s...