5.

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Observaba a cada estudiante pasarme por el lado y recorrerme con sus miradas acusadoras, tenían cara de desagrado y otros de estar cansados, escuchaba sus pensamientos de vez en cuando y si sigo con esto no creo poder con todo en algún momento.

La cabeza me palpitaba fuertemente doliéndome y empezaba a sentirme débil de salud, no podía acostumbrarme a esto de estar escuchando un sin número de pensamientos, no sé cómo entrenarme y solo quería escuchar uno en específico y que sea el que yo elija.

Muchos murmuraban audiblemente lo que decían y otros solo lo pensaban.

¿Por ella fue que el profesor Desmond nos mató a tareas?

Gracias a ella tendremos dos exámenes en un solo día para mañana.

Ya ni siquiera pude acercármele para oler su perfume varonil.

Por su mal humor no pude enseñarle mi escote.

¿Por qué le da tanta atención a aquella pueblerina?

Sus palabras eran como dagas con veneno en sus puntas y otras me causaban desagrado al saber que simplemente querían mantener intimidad con Damian, no puedo creer que sean tan calenturientas y se les lancen.

— Todos entren que la clase comenzará en cinco minutos.— Ante escuchar la voz demandante y sin ganas de Damian, todos hacemos caso y yo espero a que todos se sienten para ver qué lugar ocupar y así no causar problemas.— ¿Quieres sentarte o esperas una alfombra roja hacia un trono?

Avergonzada porque a veces es así de cruel, me sonrojo y todos empiezan a reír excepto una chica que me hace señas rápidamente para que me siente a su lado, cabizbaja me acerco y coloco mi mochila en un lado para acomodarme en el asiento.

— ¡Hola!, ¿Es un patán no?.— Observa a Damian con desagrado y yo hago una mueca ante esto y temo por lo más preciado a que Damian no escuche esto o alguien se lo diga, por lo que sólo guardo silencio para no involucrarme en algo de tal categoría hacia el.— Tranquila, ya no te sentirás sola en este nido de víboras adineradas, soy adinerada pero no una víbora, bueno si soy una víbora, pero hermosa, inteligente y amable.— Ella me sonríe en su máximo esplendor y me extiende su mano.— Soy Becky Blackbell, es un gusto.— Yo le estrecho la mano y ella hace unas pases raras, en puños, deslizamiento, choques y otras cosas que no entiendo.— Será un saludo especial entre nosotras, te lo enseñaré mejor después de clases.— Sonrío tímidamente y asiento.

— Soy...

— ¡Silencio! La clase iniciará ya mismo.— La voz de Damian retumbó en mis oídos y cerré la boca por inercia antes de presentarme con la chica, giré mi rostro hacia ella dándole una sonrisa de disculpa y ella me sonrió de vuelta y asintió entendiéndome.

Sin esperármelo y sin querer escuchaba los pensamientos de la chica y de los demás, pero el de ella más agudo y los demás quedando como murmullos mentales.

¡Es tan linda, haré que seamos las mejores amigas!

Sin más me giro a verla y abro grandemente mis ojos porque solo he tenido a una mejor amiga en toda mi vida y... ella murió.

No sé cuánto tiempo llevo metida en esta clase escuchando hablar a Damian sin parar y viendo números y letras en el pizarrón, comienzo a cabecear y sintiendo mis párpados pesados, sin más tiro mi cabeza y la apoyo en mi pupitre durmiéndome completamente.

Príncipe DAMIAN. [Damian x Anya] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora