9.

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No tenía idea de cómo iba a salir de esta nación, de cómo irme y empezar una nueva vida. No puedo ser más estupida de lo que ya soy, irme sin dinero, sin comida, sin agua, sin haber aprendido matemáticas y sin estar correctamente vestida.

Llevaba horas caminando sin parar después de salir despavorida de la clase de Damian, ¿Qué habrá hecho?, ¿Me estará buscando?, no lo creo. Sería un peso menos para él ya no tener que ayudar a una pueblerina y tenerla bajo sus lujos.

Me duelen los pies y no sé ni siquiera donde estoy, me detengo frente a un gran árbol y me quito la mochila y la coloco a un lado mientras me siento bajo la sombra de aquel gran roble. Miro el lugar y la naturaleza es encantadora y si, se me ocurrió irme por los matorrales de ciertas casuchas que encontré mientras caminaba en la parte de aquella ciudad. No podía irme por entre las calles donde todos pudieran verme o pudiera escuchar tantos pensamientos a la vez.

Veo a una ardilla bajar rápidamente por el tronco y casi hace que se me detenga el corazón del susto, veo cómo me observa mientras mueve su chistosa nariz pequeñita y su boca al compás de que come algo.

— Conseguiste algo para ti, lástima que yo no pueda conseguir algo para mi.— Ella sigue moviendo su nariz y boca al mismo tiempo y yo me siento como una drogadicta charlando con una ardilla.

Solo me queda continuar caminando para ver si encuentro algún pueblito en el que pueda encontrar cómo sobrevivir por mi cuenta.

Sigo durante un camino hasta llegar a una enorme pradera y puedo ver cómo está completamente desolada sin ni una casa cerca, granero o alguna persona que pueda socorrerme. Me devuelvo al árbol en el que estaba para tratar de pasar la noche allí, acomodo mi mochila y trato de utilizarla como cojín en mi espalda y sentarme apoyando mi cabeza en el tronco para descansar.

Escucho como mis tripas rugen fuertemente y hago una mueca ante esto, debí de haberme devorado aquel hermoso desayuno que me esperaba. Puede que haya perdido la gran oportunidad de tener una educación digna de un noble, pero ahí está el punto, yo no pertenezco ni a la clase media social.

Veo cómo la ardilla baja rápidamente otra vez recorriendo todo el tronco y se coloca a mi lado, yo la observo...

Que linda pelirosa, ¿tendrá bellotas?

Abro mis ojos de par en par y giro una y otra vez mi cabeza, creo que me estoy volviendo loca. La escuché hablar.

No

Sus pensamientos, escuché sus pensamientos.

— Hola...— Le digo a la ardilla haciendo que ella ladeé su cabecita y yo asegurándome de que estoy completamente loca.— Estoy loca y no, no tengo bellotas. Lo siento mucho, quisiera tener para ambas.

Veo cómo ella acerca una pequeña piña proveniente del gran árbol y me la tiende.

Ten, es la única que me queda.

Me ha hablado en su mente, puedo escuchar pensamientos de animales. No tenía idea, nunca había probado, ¿cómo iba a tener idea si nunca había probado?

— No no, es tuya. Yo estaré bien, muchas gracias.— Veo cómo ella se acomoda en el medio de mi falda superiormente y vuelve a observarme mientras mueve su nariz chistosamente. Yo le acaricio un poco su pelaje y viendo lo pequeña que es.— Eres muy suave.

Príncipe DAMIAN. [Damian x Anya] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora