Príncipe DAMIAN. [Damian x Anya] ©

28.

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ANYA.

¿Cómo?
¿Cuándo?
¿Dónde?

¿En qué momento decidí tan rápido irme con Damian?

Observo de pies mientras el señor Clero y Damian suben los equipajes a la camioneta. Miro a mi lado y solo llevo tres maletas.

— Anya, es solo por una semana. No tenías que llevarte todo tu armario.— Dice Damian mientras se lleva dos de ellas con él y yo cargo la otra.

— Necesitaba muchas cosas para poder sobrevivir allá.

— Lo que sea que necesitaras podías decírmelo y allá lo resolvíamos y hasta podías comprarte lo que quisieras de más.

Admito que eso tuvo un efecto dentro de "mi yo amante a las cosas que quisiera comprarme", pero no. Declino por educación su oferta.

— No será necesario, yo tengo muchas cosas. No necesito más.— Digo falsamente.

— Eres una pésima mentirosa, ¿sabías eso?.— Dice Damian tras cerrar el maletero y yo me quedo observándole.— Eso no fue lo que la Anya del vestido más sexy y caro le dijo a la empleada cuando utilizó la tarjeta que le regalé.— Me sonrojo abruptamente tras esa acusación completamente verdadera.

— E-eso fue para una misión importante.— Enrojecida completamente, me molesta el hecho de que tenga razón y me descubra con facilidad.— Patán.— Digo por lo bajo para que no pueda oírlo, pero se detiene y ladea un poco su cabeza.

— ¿Cómo has dicho?.— Su voz se torna ronca y áspera de repente y me ve de reojo.

— Que nos vamos ya.— Digo y emprendo mis pasos para adentrarme al vehículo y ver cómo él entra por el otro lado.

— Luego hablaremos sobre lo que has dicho, reina.

Comienzo a toser exageradamente tras haber tragado mi propia saliva y ahogarme con ella.

¿He escuchado bien?

¿Me ha dicho "reina"?

Sigo tosiendo sin parar y que estupidez, si algún día muero por atragantarme con algo será por mi propia saliva o algún guisante.

Las palabras de Lion llegan a mi mente imprevistamente y es que aún Damian no ha conversado conmigo al respecto y no quiero sucumbir a la desesperación, pero me ha llamado "reina", ¿Cómo mierda quiere que reaccione ante eso? Estoy en trance aún.

Si Damian decidió cortejarme y puede que quiera que lleguemos a formar un vínculo más aproximado, ¿Qué podría yo ofrecerle? No tengo riquezas, no tengo fama, no tengo padres ni siquiera, no soy alguien de buen status social. ¿Qué tendría yo para convencer a la sociedad de que cumple con los requisitos para ser rey tras tener a una esposa? Se supone que aunque exista el amor, importa mucho los bienes económicos en los matrimonios de gente importante como esas de la realeza y hasta la misma clase media dependiendo de su estabilidad económica.

— Anya, ¿Estás bien?.— Volteo para encontrarme con la mirada de Damian, curiosa, preocupada, impaciente.

— Si, estoy bien.— Sonrío de manera forzada y puedo seguir percatándome de sus mismos gestos, observo sus labios como los aprieta e imprevistamente sus pensamientos me abruman.