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Toco la puerta del despacho de Damian y escucho un grueso "pase" y le hago caso. Veo como tiene su cabeza echada hacia atrás mientras una pila de papeles desordenados están en su escritorio. Su camisa está levemente abierta dejándome apreciar su cuello y parte de su tez blanca que pertenece a su pecho.

— ¿Cansado, majestad?.— Le digo juguetonamente, sin embargo el se mantiene en la misma posición con sus ojos cerrados.

— Como la mierda, hermosa.

Me aproximo hacia él y doy la vuelta quedando detrás de su cabeza echada, le acaricio suavemente su cabello haciendo que de un profundo respiro de necesidad.

— ¿Tienes hambre?.— Le pregunto mientras quito el brillo de sudor de su frente.

El niega suavemente con la cabeza estando de la misma manera aún.

— ¿Por qué hace tanto calor?.— Pregunto y es que siempre hay ventila aquí por lo cual el lugar mayormente está fresco.

— Ya hablé con Clero sobre eso.— Es lo único que me dice.

Siento el cansancio en su voz y la tensión en su cuerpo. Doy la vuelta quedando frente a él y empiezo a desabotonar su camisa desde los botones que quedaron debajo de su clavícula.

Él permanece quieto mientras abro su camisa dejándome apreciar su hermoso abdomen, su pecho, su cuello y ver como sube y baja su abdomen tras sus respiraciones forzadas.

Sin contenerme me acerco hasta acariciar cada parte anterior de su cuerpo haciendo que su piel se erice y me dé cuenta.

— Me encantaría que siguieras.

Su voz gruesa, rasposa y profunda me insta con un hormigueo en el vientre lo cual hace que todo mi cuerpo se encienda con solo haberlo escuchado hablando de esa manera.

Sigo en lo que estaba, sin embargo quisiera, más bien, moriría por leer sus pensamientos.

Esta vez se torna erguido y me toma de la cintura sentándome encima de él y así pueda ver cómo su cabello se pega a su frente sudorosa, como su cuello, su pecho y su abdomen brillan por el sudor más sus ojos de exhausto y de seriedad lo hacen ver más caliente de lo que ya es.

— ¿Qué piensas, bella Anya?.— Canturrea de manera susurrante en mi oído haciendo que cierre los ojos y lo disfrute en modo sensación en la zona prohibida.

— En ti.— Susurro perdiéndome en la respiración que da en mi cuello.

Siento como juega con el lóbulo de mi oreja.

— Y...— Siento como su lengua es pasada por el lóbulo de mi oreja y me haga respingar encima de él.— Hhmm... ¿Qué más?

Echo mi cabeza hacia atrás dejándome llevar por el calor que hace en este lugar y el calor que Damian hace para encenderme en este lugar. Sin darme cuenta siento como sus manos aprietan con firmeza mi cintura acercándola más a él y a su amigo fiel.

Su lengua desciende por mi cuello desde el lóbulo de mi oreja, mientras con sus manos empieza a mover mi cintura suavemente encima de él y un jadeo pecador sale imprevistamente.

Príncipe DAMIAN. [Damian x Anya] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora